Y sí, hay que leer a Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana, alias Sor Juana Inés de la Cruz. Dolorosa en momentos, oculta en la exuberancia del barroco, la inteligencia de esta mujer ilumina, crispa:
Finjamos que soy feliz,
triste pensamiento, un rato;
quizá podréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario:
que pues en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado. (...)
¡Qué feliz es la ignorancia
del que, indoctamente sabio,
halla en lo que padece,
en lo que ignora, sagrado!
¿Qué loca ambición nos lleva
de nosotros olvidados?
Si es para vivir tan poco,
¿de qué sirve saber tanto?
El pretexto de que los libros son caros no sirve en este caso; abundan las ediciones baratas, comenzando por la antología de Porrúa. Además, está el extraordinario portal de cervantesvirtual dedicado a Sor Juana, en el cual uno puede descargar ediciones facsimilares, ensayos, imágenes, enlaces e incluso escuchar los poemas de la poetiza en voz de Ofelia Medina. La directora de este importante esfuerzo editorial es la doctora Margo Glanz.
Sobre Juana Ramírez de Asbaje, cabe recordar la genial obra de Octavio Paz: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fé.
ResponderEliminarClaro, Ulises. De hecho, considero que Las trampas de la fe es el mejor ensayo en México del siglo XX. La prosa de Paz, e incluso el método, es brillante.
ResponderEliminarA mi me recomendó este título un soc. que en ese momento había tratado de fracturar un riel con la cabeza. ¿Resultado? Cabeza: varias puntadas; riel: perdió un poco de pintura
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