martes, 29 de diciembre de 2015

El 2015 a tuitazos

1.I.2015
Sin ánimo de desestabilizar el proyecto de Nación, les deseo un #2015 en el que la JUSTICIA le ponga un freno a la IMPUNIDAD y la CORRUPCIÓN. 

3.I.2015
Paradójicamente, la Pax Romana terminó con Cómodo.

4.I.2015
Si va uno rumbo a un abismo, el frenón vale la pena por muy accidentado y lastimoso que resulte.

Hay situaciones en las cuales el único margen que le queda al optimismo es pensar que la gente no tardará en hartarse de que le vaya tan mal.

Convoca Zuckerberg, en Facebook, a hacer del 2015 “el año de los libros”. Y EPN dice que combatirá la impunidad.

11.1.2015
#Mexico sequía de justicia

12.1.2015
Política mexicana: a toda acción corresponde una traición.
#aforismos

15.1.2015
Esto es un circo… con público amaestrado...

20.I.2015
#Mexico La pobreza extenúa.

21.I.2015
Cuando se dieron cuenta de que no querían regresar al pasado, ya era demasiado tarde.

28.I.2015
Que La verdad histórica, que la verdad legal... ¿Y la verdad a secas?

30.I.2015
Toda verdad histórica tiene fecha de caducidad… De mi se acuerdan si no…

3.II.2015
“Tiene usted mi compromiso", le dice a EPN, y así termina su discurso Virgilio Andrade.

4.II.2015
- ¡Frodo, investígame!
- Sí, máster.
- Aplausos.

8.II.2015
Partidos de oposición… El silencio de los indecentes.

11.II.2015
Podría escribir los versos más tristes esta noche
pero #YaSeQueNoAplauden

12.II.2015
El estado más violento del país es el actual.

12.II.2015
Andamos como andamos porque creemos que no tenemos de otra…

13.II.2015
Vine a Comala porque me dijeron que acá sí aplauden…

16.II.2015
La verdad es mentira.
ATTE
La verdad histórica

21.II.2015
El Verde, lo mismo pero más barato.

El Verde no es verde, es tricolor.

27.II.2015
Deja tú la mexicanización, ¡el despeñadero!

3.III.2015
Dice EPN que México está "plagado de incredulidad y desconfianza". A ver si la SRE no manda una nota diplomática pa desmentirlo.

3.III.2015
Tantas cosas que nos dijimos "no, no puede ser!", que ya están siendo…

5.III.2015
Este país está cubierto de yesca.

7.III.2015
En este país, tener la razón es un riesgo.

10.III.2015
El ecologismo electoral en México vale Verde!

10.III.2015
No politicen… Argumento más socorrido de un político cuando no quiere que se discuta públicamente un asunto... público.

11.III.2015
En México la mayoría es débil y no está representada.

11.III.2015
Desde hace mucho toda renuncia al PRD ya es tardía.

12.III.2015
La #estadística, una herramienta disolver la ilusión del yo.

14.III.2015
Cada vez que hemos dicho "no, no se van a atrever a tanto"…, nos hemos equivocado

16.III.2015
Desde hace mucho no veía un solo noticiero de TV. Desde mañana ya no escucharé ningún noticiero de radio.

16.III.2015
- El señor dice que no es un buen abogado.
- Perfecto. Nombrémoslo Ministro de la Corte.
- Es la mejor periodista del país.
- Córranla.

20.III.2015
Típico en México: al exitoso (@AristeguiOnline ) acúsalo de individualista, soberbio, falto de autocrítica, incapaz de reconocer errores...

23.III.2015
Ni a Juan Rulfo se le hubiera ocurrido: Elige INE de funcionario a uno de los 43

24.III.2015
Bestiario fantástico de la política mexicana: gacela trasmuta en dino-tucán.

26.III.2015
Irrebatible: “No me esfuerzo por ser popular”: EPN.

29.III.2015
Sigue la cría de vacas flacas en el Establo de México.

2.IV.2015
Y si a mí también me duele la rodilla (el domingo corrí 13 km), ¿dónde pido el helicóptero para transportarme dignamente?

7.IV.2015
No sienten ni pena ni vergüenza. Menos sienten culpa. ¿Si son los protagonistas de su telenovela, por qué habrían de ahorrar en producción?

10.IV.2015
#México Con la afrenta en alto.

11.IV.2015
Los amarillos ya también valieron verde.

14.IV.2015
El tucán de rapiña.

21.IV.2015
#MEXICO ¡Que continúen los juegos del fiambre!

22.IV.2015
Tucanes criados en el Establo de México!

26.IV.2015
Yo ya me cansé por el civil.

2.V.2015
La narcoexplicación de los males nacionales sigue empañando todo análisis serio y sin prejuicios de lo que ocurren en #México

6.V.2015
Transparencia + Impunidad = Cinismo

10.V.2015
Los miedos masivos de comunicación.

Los miedos, martirios de comunión.

13.V.2015
Un fantasma recorre el mundo, el fantasma del consumismo.


23.V.2015
#CDMX El llano en llantas.
Status de la democracia en #México: la cómica Carmen Salinas será diputada

28.V.2015
Un futuro mejor es cosa del pasado.

1.VI.2015
Si anulas, reculas. #Elecciones2015

9.VI.2015
En México, la mayoría es lo de menos.

15.VI.2015
Qué ironía que el tele-presidente condecore al autor de Homo videns.


24.VI.2015
Estado Mexicano domesticando la #CondiciónHumana. Perdone las molestias.

27.VI.2015
La caja de velocidades de la historia también tiene reversa.


1.VII.2015
La condición humana es un chivo expiatorio.

3.VII.2015
Lamento profundamente la muerte de uno de los escritores contemporáneos más menospreciados de nuestras letras: Gustavo Sainz (1940-2015).


7.VII.2015
¿A poco la condición humana es origen de tantas marranadas?

10.VII.2015
Un App para perder los sentimientos encontrados.

14.VII.2015
Por favor alguien avísele a #ElChapoGuzman que el penal del Altiplano está certificado; que no se pudo haber escapado.

15.VII.2015
Tú, nel. Yo ,túnel, y me pelo.

16.VII.2015
Marxista: #ElChapoGuzman necesitó más de un materialista.
En #México ahora sí están dadas todas las condiciones histéricas.

23.VII.2015
#NoEraPenal de máxima seguridad.

24.VII.2015
2 millones + de pobres..., y el resto de nosotros en tibieza extrema.

28.VII.2015
Tapar la hecatombe con un piojo muerto. #México

2.VIII.2015
Como #YaSéQueNoAplauden, inauguro vacío el estadio.

Descanse en paz mi buen amigo Marco Aurelio Carballo, gran pluma.

8.VIII.2015
La izquierda mexicana partidista perrediana es tan moderna que se divide en tribus.

10.VIII.2015
Y cuando los regios despertaron, el Bronco ya no era independiente.

1.VIII.2015
Quería reportar un Estado de emergencia..., pero aún no sirve el 911...

20.VIII.2015
Podemos dormir tranquilos: sí sabe ponerse las calcetas.

21.VIII.2015
Últimamente, encontrar ruinas en #México no tiene ningún chiste.

23.VIII.2015
¡Yo sí temo al bobo feroz!

28.VIII.2015
" Estamos moliendo a #Mexico "

1.IX.2015
– Buenas tardes, ¿está la señora de la tranza?

3.IX.2015
En teles digitales regaladas por EPN se ven mejor sus críticas al populismo.

7.IX.2015
Hubo una vez una verdad histórica que se hizo humo.

10.IX.2015
En México, el pesimismo es el mejor método de adivinación.

19.IX.2015
La gente fácil causa muchas dificultades.

2.X.2015
#México PRECAUCIÓN: Burros tocando la flauta.

3.X.2015
Que manda decir SEGOB que mientras no les pase a todos y todas, nomás son casos aislados.

1.XI.2015
En #México el #DiaDeMuertos últimamente es una reiteración.

2.XI.2015
#México La verdad observo todo tan descuachalangado que cualquier cosa podría pasar, incluso nada.

14.XI.2015
Golpear a París es golpear a la Modernidad occidental.

23.XI.2015
Cada que alguien dice "En México no seríamos tan idiotas como para volver a…", se escribe una predicción certera.

26.XI.2015
De lo poco que no es sólo aparente: el desorden.

8.XII.2015
La mentira histórica ya es historia.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Una de villanos

Ojalá que durante estos días de guardar disfrute de unas agradables vacaciones. El deseo no es poca cosa, valórelo, puesto que presupone que tenga usted un empleo. En dado caso, le propongo que dedique una parte de su tiempo a leer una novela, que si bien no es una novedad, sí aporta una lente adecuada para tratar de comprender la deplorable situación en la que hoy día nos hallamos. Sin embargo, resulta obligado iniciar con algunas advertencias.

Si las únicas oportunidades de las que ha podido disponer para espiar bajo las faldas de la historia patria han sido los libros de texto gratuito, seguramente usted es uno de los afortunados que todavía creen vivir en un país con una sólida tradición milenaria. O bien, si siente que hasta el rincón más remoto de su nacionalismo se crispa de orgullo cuando escucha a un mariachi echarse La negra, y además sería capaz de batirse en duelo con el intelectual más bragado para defender la tesis de que los charros cantores forman parte de nuestras raíces inmemoriales; entonces muy probablemente le dolería mucho el mismo rincón más remoto de su nacionalismo si alguien le revelara que el mariachi es un invento bastante reciente y para colmo del cine. Una más y ahí le paro: si le queda la certeza de que, luego de un análisis teórico-conceptual riguroso en materia de historia nacional, todos los protagonistas —porque nadie más existe— se dividen en dos grandes categorías, los buenos y los malos, y que por tanto Juárez no tenía alas nomás por pura modestia republicana y a Santa Anna no se le veían los cuernos nomás porque sabía escondérselos, es posible que usted no sea el mejor lector de la novela a la que me referiré: El seductor de la patria, de Enrique Serna (Ciudad de México, 1959).

Aunque prestado, el libro porta un título excelente. La fórmula para mentar a Antonio López de Santa Anna como El seductor de la patria fue facturada por el historiador Enrique Krauze (Siglo de caudillos), y no sólo le da nombre a la novela de Serna, también expresa una idea que se desarrolla a lo largo de toda la trama.

Epistolar, la novela de Serna le da voz a quien, junto con Victoriano Huerta y Carlos Salinas, se disputa el título de El Villano Favorito de la Historia Nacional: Antonio López de Santa Anna, el primero de una larga lista de vendepatrias consumados (“¿Vender yo la mitad de México? ¡Por Dios! Cuándo aprenderán los mexicanitos que si este barco se hundió no fue sólo por los errores del timonel sino por la desidia y la torpeza de los remeros”).
Santa Anna nació en Jalapa, Veracruz en 1794 —o sea que llegó al mundo dicharachero y novohispano—, y no paró de darle vuelo a la hilacha sino hasta 1876, cuando una diarrea crónica terminó por secarlo por completo… 82 años durante los cuales le dio tiempo de pelear en contra de los insurgentes y a favor de los insurgentes, de defender a cañonazos el Imperio de Iturbide y de levantarse en armas en contra de él; de aplacar a federalistas y también a centralistas; de apoyar a Maximiliano de Habsburgo y luego conspirar en su contra; veleta dirán algunos, sí, pero congruente porque hasta tuvo el detalle de propinarse él solito un golpe de Estado. Larga vida la del cojo de Manga de Clavo, suficiente para agenciarse el título de Héroe Nacional, los cargos de Presidente de la República —federalista, centralista y hasta provisional—, dictador y Salvador de la Patria, Alteza Serenísima y desterrado. Personaje imantado al poder y teórico riguroso de la sapiencia dirigida a conservarlo: “Los tiranos creen que el poder se conserva a punto de bayoneta. En México no es así: basta con repartir a la masa un puñado de cohetes y unos barriles de pulque”. Y tanta historia, qué esperaban, no fue de gratis, si al pobre le costó una pierna —sepultada, eso sí, con todos los honores— y al país Texas, la Alta California y Nuevo México.

Apuesto que Enrique Serna no es el biógrafo que Santa Anna hubiera querido tener para ser comprendido, pero quizá sí el que mejor lo ha hecho. Desde la literatura, atrapando verdades simbólicas quizá mucho más ciertas y con toda seguridad más profundas que las certezas históricas, Serna consigue escapar de la tentación de crucificar de nuevo al culpable de que Disneylandia no esté ahora en territorio nacional para, a la vuelta de más de 500 páginas, evidenciar que, después de todo, agazapado tras el mito no había otra cosa más que un ser humano, aunque eso sí, que ni qué, cínico y megalómano como pocos…

“Triste destino el de nuestros próceres: Iturbide y Guerrero sellaron la Independencia con el abrazo de Acatempan, y el país los recompensó con el paredón. Yo he sido despojado de mis bienes y deshonrado públicamente. Quizá el escudo nacional debería modificarse para colocar un buitre en lugar del águila”. El seductor de la patria: novela histórica, escaparate de buena parte del siglo XIX mexicano, de aquellos no tan distantes años durante los cuales este país era apenas el alucine de unos cuantos.

Descaradamente, reiteradamente, Santa Anna le tomó el pelo a la gente, y con todo, lograba retornar al poder. ¿Increíble? Al año siguiente de la publicación de El seductor de la patria el PRI perdería la Presidencia de la República; doce años después…, etcétera. 

viernes, 18 de diciembre de 2015

Ciudad atascada

Aquí el colapso siempre es inminente. El Apocalipsis de la Ciudad de México lleva ya varias ediciones, pero no importa, aquí nadie se espanta: por más documentados que se tengan todos los peligros, nadie se preocupa por buscar remedios a largo plazo. Los chilangos somos aguantadores y gurdos. 

La más reciente amenaza de nuestra debacle no es de origen sísmico ni volcánico ni hidrológico ni perruno ni sanitario ni criminal ni socio-organizativo… ¿Recuerdan La historia interminable de Michel Ende? Pues de la misma forma en la que la nada se propagaba por Fantasía, abarcando todo y seduciendo a todos —“algunos hasta se han tirado dentro intencionalmente al ver que la nada se les acercaba demasiado. Tiene una fuerza de atracción irresistible, que se hace tanto más intensa cuanto mayor es…”—, inexorablemente el caos avanza por la urbe capital de la República Mexicana, y en esta ocasión lo hace por sus calles… O bueno, no avanza y ahí estriba el problema.

Realismo mágico chilango de nueva generación: a las dos de la madrugada, apenas este jueves para amanecer viernes, cientos y cientos de automovilistas que bajan de Santa Fe atascados en un embotellamiento. Uno de los conductores que llevaba atrapado más de una hora tuitea: Sr. Mancera, por favor auxílienos, estamos totalmente parados en Constituyentes. Y, claro, seguramente a esas horas el tlatoani dormía como un santo, porque a diferencia de lo que usted pudiera pensar, aquella jornada ni siquiera fue particularmente problemática. Ocurre que de unos tres meses para acá, la Ciudad de México, de por sí una vieja anquilosada, sufre de atascamiento crónico en todas sus vías primarias. La vialidad ha ido perdiendo viabilidad, tanto —y no exagero—, que algunos días la ciudad de plano se ha colapsado. Una tarde Tláloc se emberrinchó: en un paso a desnivel del Eje 5 Sur San Antonio hubo que mandar una brigada de salvavidas en lanchas inflables a rescatar gente atrapada en coches-subacuáticos. La lluvia ha anegado el tiempo capitalino varios días… Luego los aguaceros cesaron, pero eso no ha impedido que dos o tres veces a la semana el periférico se haya convertido en el panteón de los planes de miles de personas… Testimonios sobran. Hace unas semanas, mi cuate el Autorcantor tardó cinco horas en llegar de Polanco a su casa en la del Valle, un trayecto de menos de diez kilómetros: ¡Más de dos horas nada más para bajar del segundo piso y tomar el Eje 6! Ese mismo día, yo pretendí llegar del World Trade Center al CIDE, en la salida a Toluca…, dos horas después desistí: había recorrido once cuadras, contadas. La semana pasada, después de haber tenido la suerte de haber hecho sólo tres horas y media de Xochimilco a la colonia Nápoles —menos de 30 kilómetros—, Dianita Flores tuvo que perder cuarenta minutos para recorrer las cinco cuadras que hay entre el edificio en el que vive e Insurgentes. Y diario, los retuiteos de cuentas como @retioDF dispersan las malas noticias: ¡A la altura del Viaducto, la lateral del periférico hacia el norte es un tianguis!; ¡Un suicidio entrar a Tlalpan!; Ya nunca vamos a salir de Coapa, carajo… El DF ya está todo picoteado de muerte por horas pico. ¿Qué pasó? La respuesta es simple: la ciudad de México no da para tantos coches, sencillamente ya no caben. Y el problema se agudizó hace unas semanas, desde que las autoridades decidieron dejar circular diariamente a más de 320 mil vehículos que antes no lo hacían; obtener la placa 0 ahora es cosa de soltar una mordida. ¡Que circulen todos para que ya no circule nadie!

¡Ah, qué tiempos aquellos, cuando por las calles se circulaba! El número 4 de la revista Vuelta comenzó a venderse en marzo de 1977. En sus páginas Carlos Fuentes publicó por primera vez —cuatro años después lo haría en el libro Agua quemada—el cuento "El día de las madres". En dicho relato, nos enteramos cómo Plutarco, nieto del general Vicente Vergara, gusta calmar sus ansias: 
Aceleré hasta llegar al ingreso del anillo periférico, respiré, aceleré, pero ahora tranquilo, ya no tenía de qué preocuparme, podía dar la vuelta, una, dos, cien veces, cuantas veces quisiera, a lo largo de miles de kilómetros, con la sensación de no moverme, de estar siempre en el lugar de partida y al mismo tiempo en el lugar de arribo, el mismo horizonte de cemento, los mismos anuncios de cerveza, aspiradoras eléctricas…, jabones, televisiones, las mismas casuchas chatas, verdes, las ventanas enrejadas, las cortinas de fierro, las mismas tlapalerías, talleres de reparación, misceláneas con la nevera a la entrada repleta de hielo y gaseosas, los techos de lámina corrugada, una que otra cúpula de iglesia colonial perdida entre mil tinacos de agua, un reparto estelar sonriente de personajes prósperos, sonrosados, recién pintados, Santa Claus, la Rubia de Categoría, el duendecito blanco de la Coca-Cola con su corona de corcholata, Donald Duck y abajo el reparto de millones de extras, los vendedores de globos, chicles, billetes de lotería, los jóvenes de playera y camisa de manga corta reunidos cerca de las sinfonolas, mascando, fumando, vacilando, albureando, los camiones materialistas…, los policías en motocicleta, los tamarindos, la mordida, el tapón, los cláxones, las mentadas, otra vez el arranque libre, idéntico, segunda vuelta, el mismo recorrido…
Mientras tecleo estas líneas, la gran Tenochtitlán sigue tomada por desalmados guerreros imecas y está siendo invadida por hordas de peregrinos guadalupanos provenientes de todo el país. El cueterío celebra el caos.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Arte y amistad, qué ironía

Hoy recuerdo un libro: La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Se trata de una novela claramente nietzscheneana, cuya tesis central es: la vida no tiene sentido, es caótica, y para soportar esa verdad, a la que se llega por medio de la razón, queda la ilusión apolínea del arte —Gadaner dice que el arte no es como la vida, es como debió haber sido—. La novela de la francesa también es socrática: la fuerza de la amistad. En el caso de La elegancia del erizo, una trío excéntrico: Reneé, Paloma y el señor Ozu. ¿Qué une a Sócrates con Nietzsche? La ironía.

La reseña completa de la novela: Erizo inútil, erizo placebo



sábado, 12 de diciembre de 2015

Clase económica

Dos linajes sólo hay en el mundo: como decía una abuela mía,
que son el tener y el no tener, aunque ella al de tener se atenía.
Sancho Panza (Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha)


En estas páginas he discurrido sobre la insolencia con que se ha agudizado la desigualdad en México. Después me referí a la mísera prosperidad en que vivimos. En ambos casos, he buscado sustentar mis pareceres en datos duros, citando cifras y numeralias, rankings, porcentajes, promedios, proporciones… Así que se justifica plenamente la apelación que desde su guarida me espetó el maestro de El Pueblito: "Las estadísticas son como la tierra: son de quienes las trabajan; permiten decir lo que quien las trabajó deseó. No hay neutralidad aséptica. Sí hay argumentos para decir equis o ye, eso sí, con apoyo científico objetivo: números-porcentajes. Las descripciones y metáforas son más cercanas a mis pobres entendederas y gustos". Emplazado quedé: ¡basta de data!

Afortunadamente, llegó la asistencia: el sesudo doctor Ibarjair se dio tiempo para despachar un e-mail de inusitada amplitud para sus usos y costumbres, en el que ofrece una narración en la que empaqueta una alegoría de la desigualdad. Su disertación no tiene desperdicio:
Salí del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sobrecargado: dos maletas de 23 kilogramos cada una, además de mi propio equipaje. Tenía que ir a Washington. El viaje fue en dos tramos, primero a Miami y luego a Washington. Despegué en el DF a las nueve de la mañana, sin haber desayunado. En el avión no me dieron nada de comer. Al llegar a Miami, perdí demasiado tiempo en la fila de inmigración, y además resultó complicadísimo mover solo todo el equipaje, así que perdí el vuelo a Washington. Un agente de la aerolínea me ayudó a encontrar un asiento en un vuelo que salía dos horas después. Mientras tanto, no comí, ni me ofrecieron nada. Pregunté si en el vuelo siguiente me darían algo de comer… Nada. Me había levantado a las seis de la mañana y llegué a dormir a las dos de la madrugada del siguiente día sin haber comido durante toda la jornada. ¿Por qué? Porque viajé en clase “económica”. Si hubiera volado en primera clase habría desayunado, comido, disfrutado quesos, manzanas y vino. El mundo actual está diseñado para maltratar a los pobres, a los “económicos”. En los aviones, las mejores áreas son para la primera clase, sigue la llamada business class, algo que las grandes compañías gestionaron con todas las aerolíneas para que sus empleados viajen bastante bien sin tener que pagar los costos de primera clase. En el resto del avión va la clase “económica” o eufemísticamente llamada clase “turista”. Los asientos son ajustados, algunos no se inclinan, a diferencia de los de primeras clase, que son amplios y muy cómodos. Adelante puedes dormir espléndidamente. Ahí viene lo bueno, sólo para entre diez y veinte personas. Atrás, viajan cien o más pasajeros “económicos”. A ellos no les dan nada de comer, sólo refrescos, ninguna proteína. Adelante, tres platillos, bebida, abundante, postre… El trato, por supuesto, es distinto para los distinguidos. Frecuentemente en primera y en business class el vuelo va casi vacío; eso a las aerolíneas no les preocupa, porque se utilizan si vendieron más boletos, hay lista de espera o tienen que transportar trabajadores de la misma línea, etcétera. El que llega al final y le urge viajar compra boleto sin importar el costo, porque la clase “económica” siempre está vendida completamente.
En tanto alegoría de la desigualdad socioeconómica, la descripción del doctor Ibarjair tiene una ventaja para explicar el asunto: todos van en el mismo avión y no tienen alternativa, a diferencia de las sobadas metáforas de las carreras, en las que cada participante puede en un momento dado, sobre todo si va perdiendo, confortarse convenciéndose de que en realidad va compitiendo contra sí mismo. El doctor Ibarjair concluye:
Quiénes pagan realmente el costo del vuelo? La clase “económica”, los más pobres, los que no comen, los que viajan incómodos… Cuando este enfoque económico de organización social cambie el mundo vivirá mejor…
Y cierra con una idea que es difícil no apreciarla colorada:
Imagínate que 120 personas viajaran con todas las facilidades, y sólo unas veinte o treinta atrás pagando menos, porque los 120 pagarían el vuelo y comerían y beberían bien… Sólo unos pocos viajarían limitados. Creo que así no sentiríamos el terrible golpe que es ser pobre, de la clase “económica”. 
Le pongo un solo pero a la metáfora del doctor. En los aviones, entre la primera clase y el peladaje siempre se coloca una cortina, misma que las aeromozas cierran discretamente justo antes de que comience la desigual repartición de las viandas. Los pasajeros que viajan atrás saben o imaginan lo bien que van los de adelante, pero no lo ven. En cambio, abajo, acá en nuestra cotidianeidad, la desigualdad no se oculta, por el contrario, se subraya y se ostenta. Usando la expresión del doctor, el terrible golpe que es ser pobre lo sienten constantemente los muy pobres, los pobres y la clase media que por definición se siente pobre. No sólo viajamos sin cortinita, la publicidad se encarga de mostrarnos continuamente todo de lo que nos estamos perdiendo…  Los llamados creativos se devanan los sesos para despertar el deseo de compra no en quienes tengan con qué adquirir tal o cual producto, sino en todos aquellos que reciben sus anuncios. El resultado es obvio si uno recuerda, por ejemplo, que los millones de jóvenes nini —y me abstengo de citar una estadística, pero la hay— dedican la mayor parte de su tiempo a ver televisión, una ventana al mundo plagada de anuncios que muestran el esplendor con que pueden viajar los que no son clase “económica”.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Rencor social

— ¡Qué pinche país, ¿no? Si tuviera lana me largaría de aquí, mencabrona ver las caras de la gente, ver los periódicos, mencabronan los ricos, íate, me dan ganas de patearles el culo hasta deshacérselos. Pinches hijos de puta, tienen todo y uno ni madres; por ellos este país es tan mierda, a ver cuando nos vamos a Las Lomas o al Pedregal pa’ romper vidrios a pedradas, hace mucho que no lo hago y mencanta. 
Esteban sabe (supongo) que Rogelio nunca ha roto vidrios a pedradas en Las Lomas o en el Pedregal. Sonríe, pero no dice nada.
De Perfil (1966), de José Agustín (1944).

sábado, 5 de diciembre de 2015

La prosperidad de la tortuga

Escribir que México no ha hecho más que empeorar durante los últimos años no ayuda a levantar los ánimos. Por el contrario, documentar que nuestra condición más que próspera tiende a lo mísero abona al abatimiento… Y, sí, humano es resistirse a la tristeza, tratar de ponerle diques al fango de la desdicha. Supongo que eso explica varias de las reacciones de quienes se tomaron la molestia de leer mi columna de la semana pasada, la cual, de sopetón, principiaba con una afirmación lapidaria: Persistentemente, México empeora. El enunciado de arranque es lo de menos, seguía una andanada de datos que respaldan el juicio, todos parte del Índice de Prosperidad 2015, elaborado por el Legatum Institute. En suma, el asunto es que nuestro país —la economía número 14 del orbe, con la decimotercera superficie territorial más extensa y el puesto número 11 en cuanto a población— se ubica este año en el sitio 67 en el ranking del Índice de Prosperidad (IP), 67 de 142. No sólo estamos en una posición mediocre, además, desde que comenzó a medirse el IP, en 2009, nuestro México lindo y querido ha descendido 18 escaños. Claro, el reporte agüita. 

Pero también algunas de las críticas provienen del análisis. Tengo en mi haber un primo sanmiguelense, sociólogo y con posgrado en filosofía, a quien los caminos lo han llevado a vericuetos tales que hoy puede presentarse como un versado en demografía, experto en evaluación de políticas públicas y, muy importante, en diseño de indicadores. Pues él, mi primo LF, fue quien mejor le entró al quite: Sin querer hacerle al abogado del diablo, opino que es necesario conocer no sólo el puesto (el "rankeo") ocupado por México, sino el valor del índice que da origen a esa medida. Enseguida, LF dice que si en el indicador hay mejoras, aunque el país pierda posiciones en el ranking, entonces no puede afirmarse que haya empeorado. A manera de ejemplo, se refiere al Índice de Desarrollo Humano (IDH) calculado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El valor del IDH de México ascendió a:
0.647 en 1990 (lugar 39)0.699 en 2000 (lugar 55)0.756 en 2013 (lugar 71)
Si sólo nos fijamos en la posición, se observará que México retrocedió 32 lugares en 23 años. Sin embargo, si se analiza el valor del índice, se verá que avanzó 0.109 puntos en ese mismo período. 

Mi repele al suyo fue entonces: LF, el asunto es que el capitalismo global es esencialmente competitivo. En la medida en la que perdemos lugares en el ranking, somos menos competitivos. Iluso, pensé que con eso quedaba zanjado el asunto, pero mi sanmigueleño primo no cejó: Estoy de acuerdo que si una de las reglas del capitalismo es la competitividad, entonces la caída en el ranking significa un retroceso (o un menor avance) frente a los demás países. Sin embargo, que hayamos retrocedido posiciones no significa que estemos efectivamente peor. Podría significar que se avanzó (pero no tanto como los demás), o que se estancó el país (y, por tanto, los otros también nos rebasaron) o que efectivamente se retrocedió (se corrió para atrás); sin embargo, qué pasó, el índice no puede decirlo. Y luego, en un comunicado adicional: Mi propósito tampoco es convencer de que estamos mejorando. No intento ocultar que existen varios millones de personas en pobreza, o que varios millones más, si bien pueden adquirir una canasta básica, no tienen ingresos suficientes para educación, salud o para incrementar su patrimonio. Mi discusión no va en el sentido de esconder esa realidad. Sí intento poner el acento en la necesidad de leer con cuidado lo que dicen las cifras… Y luego resume su argumento: que hayamos retrocedido en el rankeo no significa que estemos (objetivamente) peor que antes. Tal vez estamos mejor, pero otros mejoraron mucho más en el mismo periodo. Tal vez las cosas sí están mucho peor. Pero parecería que ese rankeo sólo sirve para rankear, y no para decirnos qué tanto avanzamos.

LF me puso a pensar y cuando uno piensa muchas veces resulta casi obligado recordar a un griego, en este caso al discípulo más avezado de Parménides de Elea, Zenón, a quien hace dos milenios y medio se le ocurrió poner a competir en una carrera a una tortuga con el mismísimo Aquiles, héroe entre lo héroes, quien como se sabe a pesar de tener el punto débil en el talón era llamado “el de los pies ligeros”, precisamente por sus dotes de velocista. La aporía de Zenón establece que Aquiles, una vez que le ha concedido cierta ventaja a la tortuga, jamás podrá ya alcanzarla… Si el lector recuerda la famosa paradoja, descuide que no voy a desarrollarla aquí, y si no, lo conmino a que googulee el tema… Yo estuve a punto de recordársela a mi primo, pero a tiempo alcanzó mi arrepentimiento a mi decisión primera. Mi contra argumentación es más sencilla…

Si innegablemente todos en México estamos mejor respecto a como estábamos, digamos, hace cincuenta años, cómo es posible sostener simultáneamente que empeoramos. La respuesta es simple: no hay avance ni retroceso sin marco de referencia, y el marco de referencia en este caso es dinámico —de hecho es el ranking mismo—. Si el competidor M logró correr más rápido que hace un año no asegura quedar rezagado, a menos de que alcance una velocidad igual o superior a la de los demás. La competencia, pues, no es contra nosotros mismos.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Ciudad de México, 1977 / Carlos Fuentes

Aceleré hasta llegar al ingreso del anillo periférico, respiré, aceleré, pero ahora tranquilo, ya no tenía de qué preocuparme, podía dar la vuelta, una, dos, cien veces, cuantas veces quisiera, a lo largo de miles de kilómetros, con la sensación de no moverme, de estar siempre en el lugar de partida y al mismo tiempo en el lugar de arribo, el mismo horizonte de cemento, los mismos anuncios de cerveza, aspiradoras eléctricas…, jabones, televisiones, las mismas casuchas chatas, verdes, las ventanas enrejadas, las cortinas de fierro, las mismas tlapalerías, talleres de reparación, misceláneas con la nevera a la entrada repleta de hielo y gaseosas, los techos de lámina corrugada, una que otra cúpula de iglesia colonial perdida entre mil tinacos de agua, un reparto estelar sonriente de personajes prósperos, sonrosados, recién pintados, Santa Claus, la Rubia de Categoría, el duendecito blanco de la Coca-Cola con su corona de corcholata, Donald Duck y abajo el reparto de millones de extras, los vendedores de globos, chicles, billetes de lotería, los jóvenes de playera y camisa de manga corta reunidos cerca de las sinfonolas, mascando, fumando, vacilando, albureando, los camiones materialistas, las armadas de Volkswagen, el choque a la salida de Fray Servando, los policías en motocicleta, los tamarindos, la mordida, el tapón, los cláxones, las mentadas, otra vez el arranque libre, idéntico, segunda vuelta, el mismo recorrido, los tinacos…, los camiones de gas, los camiones de leche, el frenón, los peroles de leche caen, ruedan, se estrellan sobre el asfalto, en las barandillas del periférico…

El día de las madres, Carlos Fuentes. Vuelta 4, marzo de 1977.