viernes, 26 de marzo de 2021

El país marrullero y crispado



Marrullería: astucia tramposa o de mala intención.

RAE, Diccionario de la Lengua Española.


Sin firma, este sábado el diaro español El país publicó una editorial marrullera: “México crispado”. De entrada, afirma que “el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha desarrollado en las últimas semanas una estrategia de confrontación”… ¿Contra quién? ¡Qué curioso! No lo dice. Enseguida, sostiene que la supuesta estrategia de confrontación “coincide con un momento de extrema debilidad del país, aún bajo los estragos de la pandemia y su estela de muerte…” Los daños causados por el SarsCov-2 son palmarios, incluida la horrenda mortandad, aquí y en buena parte del planeta. Pero considerando la evolución de la pandemia, en México no estamos ni de cerca en un “momento de extrema debilidad”. El mismo sábado, Reuters informaba: “La media de muertes reportadas cada día en México decrece en más de 300 durante las últimas tres semanas, 24 % de su pico anterior”; además, notificaba que “los contagios por COVID-19 están decreciendo en México, con 4,305 nuevos contagios reportados de media cada día. Esto representa un 25% del pico —la media más alta, reportada en 20 de enero—.” En suma, por ahora, afortunadamente, la pandemia en México sigue perdiendo fuerza. Además, claro, los anónimos señortitos de El país no contextualizan; no confrontan la situación de nuestro país, por ejemplo, con la del otro gigante latinoamericano: “Brasil lidera el mundo en el número medio de nuevas muertes reportadas, representando en torno a una de cada cuatro reportada mundialmente cada día”, según tabién Reuters, agencia que detallaba: los contagios en Brasil están en la media más alta reportada hasta ahora, con 72,572 nuevos contagios diarios. De los avances que aquí se han alcanzado en la reconversión hospitalaria y en la campaña de vacunación, de la situación en Estados Unidos, Europa y en la propia España, ni pío, por supuesto… 


La editorial ibérica continúa: “En una escalada que solo se entiende por la proximidad de la cita electoral de junio, donde se juega la composición de la Cámara de Diputados y 15 gobernaturas, el mandatario…” Es decir, el sesudo análisis presenta a AMLO como el precursor de una ofensiva que, según presentan las cosas, no tiene más antecedentes ni hisorial que su propia actuación —una “escalada” es el “aumento rápido y por lo general alarmante de algo, como los precios, los actos delictivos, los gastos, los armamentos”—: el presidente, acusan, ataca, confronta —quién sabe a quién— sin motivos, sin causas en el pasado y nada más con miras en el futuro inmediato, las elecciones de junio.

 

Luego, con dos adjetivos más bien propios de un cuento de terror, El país descalifica la contra-reforma eléctrica aprobada por el Poder Legislativo de nuestro país —“una abrupta e inquietante reforma energética”— y enseguida miente: “entrado en un cuerpo a cuerpo con la judicatura”. Una judicatura es el conjunto de los jueces y magistrados de un sistema judicial, y la confrontación del presidente de la República no es contra todo el Poder Judicial, sino contra determinados jueces que, pública y notoriamente —o al menos desde la perspectiva presidencial—, han fallado fallando en contra de los intereses nacionales. En dado caso, si se tuviera que presentar el asunto con una generalización a rajatabla, habría que decir que el Poder Judicial ha entrado en un cuerpo a cuerpo con el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. Por lo demás, la expresión cuerpo a cuerpo se ancla, por supuesto, en el combate, en el ámbito bélico, lo cual deforma los hechos, toda vez que el presidente solicitó formalmente, dentro de sus facultades, una investigación al propio Poder Judicial.

 

La editorial va más allá: insiste en que López Obrador ha “roto los puentes con el movimiento feminista y multiplicado sus ataques a la prensa crítica”. Aunque es una obviedad, hay que decirlo: “el movimiento feminista” en tanto entidad concreta, monolítica, única, organizada políticamente, no existe. Por lo demás, la ambigua frase romper los puentescensura, pero no expresa nada específico. En cuanto a los “ataques a la prensa crítica”, hubiera sido mucho más apegado a la verdad señalar que el presidente responde críticamente a los ataques sistemáticos de la prensa a su gobierno.

 

Por fin, luego de tanta bala perdida y cuetón, concluye el primer párrafo: “Todo ello ha propiciado un clima de crispación nacional que poco contribuye al sosiego que requiere el país.” De ahí el título de la editorial. Vamos por partes… ¿Clima de crispación nacional? Crispación significa “acción y efecto de crispar o crisparse”, mientras que crispar tiene dos acepciones: “causar contracción repentina y pasajera en el tejido muscular, en cualquier otro tejido de naturaleza contráctil, o en una parte del cuerpo”, e “irritar o exasperar a alguien”, así que seguramente los edtorialistas españoles empleron el vocablo en su segunda acepción. ¿México, todo el país, está irritado, exasperado? ¿La mayoría de los más de 126 millones de habitantes estará crispada por la “estrategia de confrontación” que AMLO ha desarrollado nomás porque sí, con miras a los comicios de junio…? —¿y si así fuera, le redituará votos a su partido? ¿No es de catetos suponerlo?—. ¿Las mexicanas y los mexicanos andaremos crispados, más atentos a los asuntos de la res publica que amañadamente relaciona El país que preocupados por no contagiarse de la covid, por vacunarse, porque alcance para el gasto, por cómo le fue al Cruz Azul con el Atlas…? Pienso que no, pienso que quienes están irritados, irritadísimos, exasperados, exasperadísimos, son algunos miembros de la oligarquía político-empresarial, especialmente los que perdieron muchos de los privilegios de los que gozaban, ellos, sus medios y sus voceros. El país no está crispado; El país está crispado.

 

El cuento “AMLO crispa a México” es, en realidad, la versión enemil de “AMLO es un peligro para México”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario