sábado, 15 de julio de 2017

Todos mienten

Dios nos cubrió el cerebro con un cráneo
para que nadie mire en su interior.
¿Cómo se podría vivir sabiendo lo que el otro piensa?
Isaac Bashevis Singer


2:40 am: el insomnio volvió a ganar el pleito. Suspiras. Te levantas de la cama y, tratando de no hacer ruido, caminas al living. Prendes un cigarro. Prendes la computadora… Abres Chrome. Tecleas: “cómo le hago para…”, así, sin el signo de interrogación que abra la pregunta que no necesitarás cerrar antes de que Google complete la oración con las cinco búsquedas más frecuentes…:
… descargar música… recuperar mi cuenta de facebook… descargar videos… dormir… sacar mi rfc
Desplazas el cursor a la penúltima opción. Cliqueas.

Minutos antes, la vecina del departamento 8, también insomne, escribió en la barra de búsqueda: “me siento…” Los algoritmos de Google terminaron de inmediato el enunciado: 
… triste… sola… mal… tan sola
La gente busca guía en internet para resolver todo tipo de inquietudes, desde las más generales hasta las más específicas. ¿Cuáles son las consultas más frecuentes relacionadas con, pongamos por caso, la circunstancia de ser ciudadano de este país? Para averiguarlo, basta digitar “soy mexicano y…”:
… quiero trabajar en Canadá… quiero trabajar en Australia… quiero vivir en España… quiero vivir en Argentina
La diáspora como la esperanza generalizada; el anhelo nacional, salir corriendo… 

En la introducción a su libro Everybody Lies: What the Internet Can Tell Us About Who We Really Are (Harper Collins, 2017), Seth Stephens-Davidowitz afirma: “El poder de los datos de Google es que la gente le cuenta al gigantesco motor de búsqueda cosas que no le diría a nadie más”. Cierto, e ipso facto desde la inmensidad del llamado big data es posible desplegar un espejo que nos destapuja a todos. “Después de googolear sobre la NFL y música rap, un hombre se toma un momento para preguntar en el motor de búsqueda: ‘¿Es normal soñar que uno besa a otros hombres?’” La búsqueda queda registrada. Ningún otro mecanismo tiene tal poder. Por ejemplo, esto es lo que los internautas en México han googoleado últimamente, al formular el planteamiento práctico “quiero saber cómo…”: 
… hacer el amor… tú te fijes en mí… hacer un pacto con la san de la muerte… hacer bien el amor… hacer un testamento
En su prólogo a Everybody Lies, el prestigiadísimo doctor Steven Pinker sostiene que ninguno de los métodos de los que dispone hoy la ciencia —tiempos de reacción, dilatación de la pupila, neuroimágenes funcionales, electrodos implantados, etcétera— proven una visión franca de la mente. “Si nos concentramos en medidas que son fácilmente cuantificables, como el tiempo de reacción a las palabras, o la respuesta de la piel a las imágenes, podemos generar estadísticas, pero apenas hemos rasguñado la textura compleja de cognición. Las metodologías más sofisticadas de neuroimagen pueden mostrarnos cómo un pensamiento se extiende en el espacio tridimensional, pero no pueden decirnos en qué consiste”. Por lado, el psicólogo experimental especializado en procesos de cognición y lenguaje acepta que indagar por medio del diálogo nunca alcanza: “las proposiciones en toda su enmarañada gloria multidimensional son muy difíciles de analizar para un científico”. Además, ¿a cuánta gente habría que entrevistar?, ¿de qué tamaño es una muestra realmente representativa?  En contraste, el doctor Pinker se manifiesta entusiasta respecto a los hallazgos en la www: “Este libro aborda un método totalmente nuevo para estudiar la mente humana. La big data de internet y otras reacciones en línea… permiten un vistazo sin precedentes en la psique de las personas”. Everybody Lies… ofrece un panorama actualizado de las potencialidades alucinantes que la vida en línea nos depara: “En la privacidad de sus teclados, las personas confiesan las cosas más extrañas, a veces (como en los sitios de citas o las búsquedas de asesoramiento profesional) porque tienen consecuencias reales, otras veces precisamente porque no tienen consecuencias: la gente puede desahogarse de algún deseo o temor sin que otra persona real reaccione con consternación o peor”.

Como Pinker —“una y otra vez mis ideas preconcebidas sobre mi país y mi especie fueron revueltas”—, no paro de asombrarme. Un botón de muestra, acabo de realizar una pequeña exploración: a partir de su condición de edad, ¿sobre qué googlea la gente? Enseguida, solamente las primeras tres búsquedas:

Tengo


Tengo

15 años y
quiero trabajar

28 años y
nunca he tenido novio
me mide 10 cm

no tengo novio
quiero bahar de peso

tengo arrugas
16 años y
quiero trabajar

29 años y
nunca he tenido novia
quiero tener relaciones

no tengo novia
me mide 12 cm

nunca he trabajado
17 años y
quiero trabajar

30 años y
nunca he tenido novio
nunca he tenido novia

no tengo novia
no se me para

no tengo nada
18 años y
nunca he tenido novia

31 años y

no tengo novio
quiero una tarjeta de crédito

soy virgen
nunca he tenido novio un he besado

me siento vieja
19 años y
nunca he tenido novia

32 años y
no tengo cartilla militar
nunca he tenido relaciones

nunca he trabajado
no me sale barba

quiero bajar de peso
20 años y
nunca he tenido novio

33 años y
no tengo novia
tengo cuerpo de niña

me siento viejo
tengo canas

no sé qué hacer con mi vida
21 años y
nunca he tenido novio

34 años y
vivo con mis padres
no se me para

me siento vieja
me duele el corazón

quiero embarazarme
22 años y
nunca he tenido novio

35 años y
tengo acné
soy virgen

quiero embarazarme
no tengo novia

no se me para
23 años y
nunca he tenido novio

36 años y
estoy embarazada
mis padres me controlan

no sé que hacer con mi vida
tengo arrugas en los ojos

quiero estudiar
24 años y
nunca he tenido novia

37 años y
estoy embarazada
me dicen señora

me siento vieja
me siento viejo

no puedo quedar embarazada
25 años y
nunca he tenido novio

38 años y
estoy embarazada
quiero estudiar

me siento muy cansada
nunca he tenido relaciones

quiero embarazarme
26 años y
nunca he tenido novio

39 años y
estoy embarazada
me dicen señora

no me baja la regla
vivo con mis padres

quiero embarazarme
27 años y
nunca he tenido novio

40 años y
no puedo bajar de peso
no tengo novio

nunca he tenido novio
no se me para

quiero estudiar






Psicólogos, ¡a un lado! Sociólogos, a trabajar que hay mucha tela de donde cortar.

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