viernes, 26 de diciembre de 2014

Esquirlas 2014

You cannot swim for new horizons
until you have courage to lose sight of the shore. 
William Faulkner.



Es verdad, entre ellos no hay conflicto de intereses; el conflicto de intereses es entre ellos y nosotros.
“Los intereses eran el único vínculo de la clase política...", escribe Enrique Serna en su más reciente novela, La doble vida de Jesús (Alfaguara, 2014).
El conflicto de intereses nomás se da fuera del presupuesto.
Un “influyente”, según la RAE, es alguien que goza de mucha influencia. En México, el vocablo se usa para referirse a las personas que tienen palancas, que pueden hacer que los funcionarios públicos actúen de determinada manera en beneficio de intereses particulares. En entrevista con Televisa, el señor secretario de Hacienda y Crédito Público declaró: “En el puesto que ocupo no me encargo de dar contratos de obra pública, por lo que no hay conflicto de intereses”.
Palindromea Pepe Limón: Ah, caradura, ruda racha.
Escuchado en una fila del banco: — ¿Usted cotiza en Higa o es del peladaje?
Reporta José Limón: Nos están cobrando el Higa.
De un análisis de la declaración patrimonial del señor presidente de la República, se desprende que “el mandatario… adquirió en 1982 —es decir, cuando tenía 16 años de edad— un inmueble por 924 viejos pesos, equivalente entonces a 13 dólares” (El Economista, 17/XII/2014).
En una pancarta: ¿Qué le pegará más a las ganas de invertir en México, las marchas de la sociedad civil o los escándalos de corrupción?
Se lee en Reforma el 5 de noviembre de 2014: “Los diez contratos de infraestructura de transporte más grandes adjudicados en la actual administración han sido ganados por empresas cercanas al PRI y al presidente de la República”. Al día siguiente, en el Senado de la República, Gerardo Ruíz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, reacciona: “Y me preocupan comentarios como ese de Reforma, que yo creo que le hace más daño al país que muchas otras cosas mucho más malas”.
Microplagio: Y cuando despertó, Grupo Higa también estaba ahí.
A la luz de la forma en que elementos del Estado Mayor Presidencial trataron a la socióloga Erika Barrón, queda claro que Enrique Krauze está en problemas. Ella se limitó a escribir en un post it: EPN, pide perdón. Karauze, por su parte, perpetró: “Esta es tal vez la petición más difícil que me gustaría hacer: que el presidente comparezca ante la Nación, reconozca sus errores y ofrezca una disculpa al pueblo de México”.
Flash informativo: una poderosa arma de desestabilización de un proyecto de Nación cabe en un post it.
¿Por qué no sorprende que en Michoacán las cosas no estén resueltas? 
¿Por qué no sorprende que en Guerrero las cosas no estén resueltas?
El 16 de diciembre pasado, “en menos de cinco horas, se registró el asesinato de seis hombres en distintas colonias de Acapulco”. (Agencia Quadratín). El gobierno federal sigue a cargo de la seguridad del puerto.
Prospecto de conclusión de diagnóstico oficial: Preocupante que no puedan aislarse los casos aislados. 
México “encabeza la lista de lo peor en derechos humanos ocurrido en el mundo este 2014, según la organización no gubernamental Freedom House” (Animal Político, 19/XII/2014).

Ficción extrema: había una vez un país en donde podía resultar muy efectivo que un eminente pintor, para exigir justicia, saliera a la calle a volar papalotes.
La verdad…, ¿tú te hallas en un país de desaparecidos?
Diciembre 19: 17 nuevas fosas clandestinas fueron localizadas en Iguala, Guerrero, por integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero. Al margen: ninguno de los diez mil elementos que envió el gobierno federal las había localizado antes.
Idea para cuento de horror: había vez un país que de pronto se dio cuenta de que le urgía tener un Inventario Nacional de Fosas Comunes.
Estampa: había una vez un país muy muy lejano en donde para que se hiciera justicia era necesario organizar un “movimiento”.
Analogía: van en un auto directo a un precipicio…, y los pasajeros se preguntan: ¿pero si cambiamos al chofer quién podría manejar mejor? Debate animado…
Últimamente, hasta las premoniciones son noticia: @AztecaNoticas twiteó: “Para 2020, se fabricarán en México 5 millones de vehículos, 70% más que la producción actual”.
Ante la situación de crisis, el presidente de la República envía al Congreso una serie de reformas urgentes en materia de justicia. Los señores diputados se van de vacaciones; descansarán seis semanas.

Sin embargo, twitea José Merino, al Senado sí le dio tiempito de cargarnos $489,643,400,000 de deudas locales.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta de Justicia y Legalidad en México realizado en noviembre por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México, el 58% de los entrevistados considera que la situación actual de corrupción está peor que el año pasado.
En el extraordinario caso de que fallara la impunidad, todavía queda la exoneración.
Desde el diván, al doctor que graba y toma notas: — Oiga, ¿y a mí quién me habrá manipulado para sentirme tan harto de tanta impunidad?
Se atribuye a Demócrates —no es broma, así se llamaba este filósofo pitagórico— la siguiente conseja desestabilizadora: “Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa”.  
¿De verdad ustedes creen que Santa Claus traerá la normalidad? En fin, feliz Navidad.

sábado, 20 de diciembre de 2014

México: la conspiración de otoño


— Acá entre nos, tengo un amigo que tiene un prima que anda con una cuate conectado hasta mero arriba. Así que de buena fuente te la paso al costo: todo esto no es más que una cortinota de humo, eh.

Frente al sobresalto y la confusión, nada mejor que una buena teoría conspirativa. 

— ¡No seas ingenuo, por favor!: atrás de la Aristegui está un grupo muy muy poderoso, gente con todo el billete del mundo que está decidida a tumbar a Peña, cueste lo que cueste.

Explica el politólogo norteamericano Michael Barku (1938) en su libro A Culture of Conspiracy (University of California Press, 2003): en un nivel, tales ideas bien pueden atribuirse simplemente a la ansiedad de personas profundamente sacudidas, desesperadas por encontrarle algún sentido a una determinada cadena de eventos desconcertantes.

— Si quieres saber quién es realmente el que está orquestando todo este desgarriate en todo el país, vas a tener que dirigir la mirada no a Guerrero, sino más al norte, a Sinaloa… ¿sí me hallas, verdad?  ¿O te suena “Chapo”?
¿Qué hay que desbaratar un embrollo? Explícalo con ángeles y demonios, con buenos y malos: ¡bendito maniqueísmo esclarecedor!

— Así como antes se decía “piensa mal y acertarás”, desde hace décadas nomás piensa en la CIA y sabrás qué onda, magister.

En otro nivel —continúa el doctor Barku, profesor emérito del Maxwell School of Citizenship and Public Affairs de la Universidad de Siracusa— este tipo de creencias y otras similares nos alertan sobre la existencia de subculturas excéntricas, muy alejadas del mainstream.

— Mira, las cosas están mucho más complicadas de lo que crees. Los tejes y manejes son demasiado complejos para que tú creas que leyendo el periódico y a tus amiguitos de twitter vayas a poder entender lo que está pasando en México. Nomás te digo que ahora sí están actuando los que verdaderamente tienen el poder y a los que nosotros nunca vemos.

En la gran bolsa del conspiracionismo, de acuerdo a Michel Barku, caben todas las creencias que giran en torno a la idea de que el destino de una sociedad está manipulado por fuerzas poderosas, ocultas y en principio malvadas, o al menos contrarias al bien común. 

— La gente no sabe, jamás puede saber. Por eso nomás le están haciendo el caldo gordo a una camarilla que está maquinando todo en lo oscurito para terminar comiéndose todo el pastel. Yo sé lo que te digo: nadie sabe para quién trabaja. Ahorita un sonorense se está relamiendo los bigotes que ya no tiene.

Ciertamente, en la esencia de toda teoría conspiracionista se encuentra siempre un intento de definir e incluso explicar el mal.

— Esto viene de muy lejos y está muy enmarañado, amigo. Pero algo sí está claro: de que son los mismos, son los mismos, los que mueven todo y nunca pierden.

Toda teoría conspiracionista conlleva la creencia de que existe una organización capaz de tramar el desarrollo de los hechos, y que ésta siempre actúa subrepticiamente.

— ¡Como relojito! Todo les ha salido como lo tenían planeado: ya ves, cuando pensábamos que ya se iban a calmar un ratito las aguas, ¡bolas!: el reportaje en el Washington Post.
Y por supuesto, para quienes echan mano de teorías conspiracionistas para entender el mundo, todo movimiento en el tablero sólo puede explicarse por el comportamiento del factótum tras bambalinas.

— La raza no se da tinta de por donde viene la jugada: le dicen por aquí, y por aquí; le dicen por acá, y por acá. Pura borregada, carne de cañón, contingente anónimo de las marchas.

— Yo le voy a decir qué es lo que está pasando: la pura verdad es que las reformas estructurales que impulsó el señor presidente de la República patearon el avispero, y ahí tiene usted los resultados.

Y claro, desde el pensamiento conspiracionista se podrán elucubrar las historias más disparatadas, pero siempre apelando a la racionalidad de un encadenamiento de causa-efecto en los hechos.

— ¿No leíste a García Soto el lunes? Pues ya salió el peine: ahora sí todo queda claro. Ebrad fue el que le preparó el expediente de la “casa blanca” a Carmen Aristegui. Una carambola de tres bandas: golpe letal a los chuchos, torpedo a la línea de flotación del gobierno federal y coscorrón a los morenos para que sepan de qué cuero salen más correas.

Nada ocurre pues al azar, las coincidencias no existen. El conspiracionismo establece que toda acción humana obedece a intencionalidades: cada hecho que sucede responde a una voluntad.

— ¿A poco no entendiste cómo estuvo? Si estuvo cantado, nomás hay que saber leer entre líneas: Peña tuvo que parar el contrato del tren ligero nomás porque el príncipe de Gales vino a decirle que o dejaba de coquetarle a los chinos o los servicios secretos ingleses destapaban la cloaca.

Tal como establece Michael Barku en A Culture of Conspiracy, cualquier teoría del complot que se respete asume de entrada que nada es como aparenta. Y, por supuesto, no hay apariencia más peligrosa que la que se muestra como inocente.

— … o a ver, ¿cómo explicas que toda la chamacada salga a marchar con las fotos de los normalistas? ¿De dónde las sacaron? ¿Con qué recursos se pagó la impresión de tanto retrato? 

Finalmente, el mundo según el conspiracionista es un sistema en el cual todo está conectado entre sí. La búsqueda de la verdad, entonces, no es otra cosa que el esclarecimiento de los engarzamientos que unen los fenómenos. El destino está trazado.

— Ni le muevas: todo lo tienen planeado, hasta que haya gente como tú escribiendo articulitos dizque para tratar de entender las cosas.

jueves, 18 de diciembre de 2014

(De)presión social

1

El lunes 24 de noviembre, a las ocho de la noche, Liliana Morales Flores salió de clases. Minutos más tarde, mientras caminaba por la calle rumbo a su casa junto con dos compañeros de la secundaria, fue secuestrada. Dos tipos la sometieron y se la llevaron en una camioneta. Los hechos ocurrieron en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, en la colonia Luis Echeverría. Ocho días después, el 2 de diciembre pasado, en el municipio vecino de Tultitlán, fue hallado el cadáver de Liliana. Medía 1.50 de estatura y tenía 12 años de edad. El asesinato sigue impune.

La secundaria federalizada 21 “José María Velasco” se localiza en la calle Miguel Hidalgo, en Cuautitlán Izcalli.  En el turno vespertino hay seis grupos de primer grado, con 256 alumnos, de los cuales, al inicio del ciclo escolar, 121 eran mujeres. Ahora falta una, única, quedan 120 y todas están en riesgo. 



691 (+300)

Teclea “Masacres en México”: Wikipedia ofrece no un artículo, sino ¡una categoría!: 15 entradas y una subcategoría, “Masacres en Guerrero”, que a su vez alberga cinco entradas. Del total de eventos referidos, ocho sucedieron de 2010 a la fecha. Aunque entre estos últimos no se considera el caso de Allende, Coahuila, el cual significó el secuestro y eventual homicidio de unas 300 personas, la cifra de seres humanos asesinados asciende a 691.



49

Wikipedia no incluye en “Masacres en México” el incendio de la Guardería ABC. En el hecho, ocurrido en octubre de 2009 en Hermosillo, Sonora, murieron 49 niños y niñas de entre cuatro meses y cinco años de edad. A diferencia de lo sucedido en la comunidad coahuilense de Allende, la tragedia de la Guardería ABC fue divulgada por los medios masivos de comunicación, sin embargo el suceso no causó ni de cerca el clamor social que hoy vivimos.



43

¿Por qué la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa detonó esta especie de despertar de la conciencia crítica de la sociedad mexicana? ¿Hay algún ingrediente nuevo o sencillamente resultó la gota que nos colmó el plato?



103

Transparencia Internacional difundió hace unos días su Índice de Percepción de la Corrupción 2014, con el cual mide en 175 países cómo percibe la gente el grado de corrupción del sector público. México no sólo es el peor calificado de los 34 miembros de la OCDE: aparece en el sitio 103. En países como Gabón, Egipto, Perú y Zambia los ciudadanos declaran sufrir menos la corrupción gubernamental que nosotros. Y la calificación pudo ser peor, mucho peor, dado que el índice sólo contempla la situación hasta junio de este año, es decir, no considera el escándalo de la “casa blanca” de Angélica Rivera, la cancelación de la licitación del tren rápido México-Querétaro y la crisis en materia de respeto a los derechos humanos y procuración de justicia que se ha evidenciado de la noche del 26 de septiembre a la fecha.





68 – 132

Balderas. Se abren las puertas del metro: apurado, sale un nutrido hato/ afanoso, se interna el hatajo que cunde de nuevo el vagón. Con los recién llegados viene un muchacho de unos veinte años: se ajusta el micrófono de diadema y suelta su prédica tan pronto se pone en movimiento el tren: Amigos y amigas, seguimos impulsando acciones de concientización colectiva, trayendo al pueblo información para que pueda decidir y actuar a favor de sus propios intereses… La minúscula bocina que porta en la espalda responde bien y todos escuchamos su argumento: el #YoSoy132 fue un movimiento muy fuerte de la juventud, pero no pudo despeinar a Peña Nieto, ¿por qué creen que el #YaMeCansé ahora sí esté cimbrando todo? Y luego ofrece por 15 pesitos o con lo que pueda cooperar un DVD en el que, dice, se documenta la participación de la CIA en el movimiento estudiantil de 1968. Antes de comenzar a circular por los pasillos repartiendo entre los varios compradores su mercancía, concluye: Peña coqueteó de más con los chinos y al imperio yanqui eso no le está gustando… 



3’605,000

Desde el 7 de noviembre cuando el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, dijo que ya estaba cansado, el #YaMeCansé se posicionó en el primer sitio de los trending topic de México. Un fenómeno inusitado en Twitter: durante 27 días se mantuvo en los tres primeros lugares, salvo durante algunas horas en un par de ocasiones —un juego de futbol y la muerte de Chespirito—, dando etiqueta a más de 3.6 millones de mensajes. El 4 de diciembre el ataque de un ejército de bots logró sacar de los TT el hashtag, pero la respuesta de los twiteros fue rauda, y menos de 12 horas después colocaron en el primer sitio el #YaMeCansé2. Más que los cansancios, han venido desfilando los hartazgos compartidos, el enojo y mucha frustración acumulada. #YaMeCansé de la violencia. #YaMeCansé de la impunidad. #YaMeCansé de la corrupción.



43 y 1

La mañana del viernes 5 de diciembre, El Barzón organizó una caravana de 43 tractores, uno por cada normalista desaparecido, que partió de El Ángel de la Independencia a las oficinas de la Secretaría de Gobernación en Bucareli. Estoy seguro que dicha manifestación es menos importante que la que sucedió ese mismo día en Cuautitlán Izcalli. Unos 600 vecinos de distintas colonias, apoyados por estudiantes de la FES Cuautitlán (UNAM), bloquearon la autopista México-Querétaro, para exigir el esclarecimiento del homicidio de una alumna de secundaria: ¡42...43... y ahora 44, Liliana!, ¡Justicia, justicia para Liliana! 

lunes, 8 de diciembre de 2014

From social depression to social pressure

1

On Monday November 24 at eight in the evening,, Liliana Morales Flores left school. Minutes later, while walking down the street toward her house with two friends from middle school, she was kidnapped. Two guys suppressed her and took her away in a van. The incident occurred in Cuautitlan Izcalli, Estado de México. Eight days later, last December 2, in the neighboring municipality of Tultitlán, the body of Liliana was found. She was 12 years old. The murder remains unpunished.

The federalized middle school 21 "José María Velasco" is located at Miguel Hidalgo street, in Cuautitlan Izcalli. In the afternoon shift there are six groups of first grade, 256 students, of which, at the beginning of the school year, 121 were women. Now one of them is gone, but 120 still remain and they are all in risk.


691 (+300)

Type "Masacres en México": Wikipedia does not offer an article, but a category!: 15 entries and a subcategory, "Masacres en Guerrero," which itself contains five entries. Of the total number of referred events, eight happened from 2010 to nowdays. Even when in these cases the Allende (Coahuila) massacre is not consider, which meant the kidnaping and murder of 300 people, the number of human killed ascends to 691.


49

Wikipedia does not include in the category "Massacres in Mexico" the fire at the ABC Nursery. In this episode, occurred in October 2009 in Hermosillo, Sonora, 49 children aged between four months and five years of age died. Unlike what happened with the Allende case, the tragedy at the ABC Nursery was reported by the mass media, however, the event did not cause the social clamor in which we live in Mexico today. 


43

Why the forced disappearance of the 43 Ayotzinapa’s students detonated this critical awareness of Mexican society? Are there any new ingredients or was it simply the drop that spilled the cup?


103

Transparency International released a few days ago its Corruption Perceptions Index 2014. The Index measures in 175 countries how people perceive the degree of corruption in the public sector. Mexico is not only the worst scored country between the 34 OCDE, but also it reports more corruption than countries like Gabon, Egypt, Peru and Zambia. The score could have been worse, much worse, since the index only covers the situation until this June, hence, it does not consider the First Lady’s "White House” scandal, the cancellation of the contract for the high-speed Mexico -Querétaro train and the human rights and law enforcement crisis that has been evidenced since the night of September 26.


68-132

Mexico City, Balderas’s metro station. Subway doors open: hasty, a large herd of people leaves / eager, the other bunch spreads back inside the wagon. With newcomers there is a boy in his twenties: he adjust his headset microphone and begins his preaching as soon as the subway starts moving: Friends, Señoras y Señores, we continue promoting actions of collective awareness, bringing the people information so you can decide and act in your own interests ... The tiny speaker he is carrying on his back works well and we all can hear his argument: the #YoSoy132 was a very strong youth movement, but it could not ruffle Peña Nieto, why is the #YaMeCansé now shaking the system? Afterwards he provides for 15 pesos, or whatever you can cooperate with, a DVD in which he says, the CIA involvement in the student movement of 1968 is documented. Before distributing his merchandise among several buyers, he concludes: Peña flirted way too much with the Chinese and the US Empire is not liking that...


3'605,000

Since November 7, when the Attorney General of the Republic, Jesús Murillo Karam, said he was tired (that he have had enough), the #YaMeCansé hashtag peaked as number one trending topic in Mexico. An unusual phenomenon on Twitter: for over 27 days the hashtag remained in the top three, except for a few hours on a couple occasions (a football game and the death of Chespirito, the famous comedian), labeling more than 3.6 million tweets. On December 4 an army of bots managed to get the hashtag out of the TT, but the response of the Twitter community was swift, and less than 12 hours after the attack, #YaMeCansé2 was placed at the top of Mexico’s trending topics. More than statements of fatigue, what we have seen is a parade of voices screaming we have had enough, along with a lot of accumulated anger and frustration.  #YaMeCansé of violence. #YaMeCansé of impunity. #YaMeCansé of corruption.


43 and 1

On Friday morning, December 5, El Barzón, a national movement of peasants and bank debtors, organized a convoy of 43 tractors, one for each missing normalista, that left El Ángel de la Independencia to the offices of the Ministry of Interior in Bucareli. I'm sure this event is less important than what happened that same day in Cuautitlan Izcalli. About 600 residents of different neighborhoods, supported by students of the FES Cuautitlan (UNAM), blocked the Mexico-Queretaro highway to demand justice for the murder of our middle school student: 42 ... 43 ... and now 44, Liliana !, justice, justice for Liliana!

sábado, 6 de diciembre de 2014

La violencia: una explicación pobre

Hemos llegado a la barbarie. El atentado que perpetraron hace dos meses las policías municipales de Iguala y Cocula, Guerrero, en contra de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa evidenció el estado atroz en que vivimos. Seis muertos, varios heridos —uno en quedó con muerte cerebral— y 43 jóvenes desaparecidos. Ojalá fuera un hecho aislado. Por el contrario, es la punta del iceberg. Hace cinco años, en Sonora murieron calcinados 49 niños y 76 más resultaron gravemente heridos y marcados de por vida en la Guardería ABC. En San Fernando, Tamaulipas, ocurrieron un par de asesinatos masivos en los que fueron sacrificados al menos 265 seres humanos, cuyos cadáveres fueron encontrados en fosas clandestinas. En 2010, en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, Chihuahua, dispararon a mansalva a unos sesenta estudiantes del CBTIS 128, el Colegio de Bachilleres 9 y la Universidad Autónoma de Chihuahua. En abril de 2011, un grupo armado se encargó de borrar del mapa una comunidad coahuilense llamada Allende: primero se llevaron a unas 300 personas —hombres, niños, mujeres y ancianos— para desaparecerlas para siempre, no conforme con ello, una semana después regresaron para demoler las viviendas en donde vivía esa gente. En junio de este 2014, militares del 102° batallón de Infantería ejecutaron a 15 personas. Todos los días hay muertes violentas, y según las cifras oficiales —en nuestro país existe un Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas— hay 23,605 “personas no localizadas” (fecha de consulta: 28 de noviembre, 2014). El mismo miércoles que el presidente se vio obligado a presentar una estrategia para enfrentar la crisis política en que el país está inmerso, aparecieron en Chilapa, también en Guerrero, once cadáveres quemados y decapitados, y por si el horror fuera poco el gobernador interino del mismo estado confirmó que, tal y como había dado a conocer una reportera francesa, efectivamente, se tienen reportes del secuestro de alrededor de 30 adolescentes en Cocula… La violencia está desbocada.

La violencia se ha enfrentado mal, muy mal. El fenómeno se ha analizado incorrectamente, desde el mirador de los prejuicios. Enseguida, me referiré al más propagado. Dicho en corto, la conceptualización hegemónica del fenómeno de la violencia en México es socioeconómica, es decir, se parte de que la violencia se encuentra en la dimensión social y tiene causas de índole económica. La explicación última a la que suele arribarse puede expresarse en muy pocas palabras: la pobreza se expresa violentamente, o incluso peor: los pobres son violentos. De ahí sigue que solucionar la violencia implica erradicar la pobreza, y por lo tanto cualquier estrategia dirigida a desactivar la violencia necesariamente incluye afectaciones de tipo estructural. A partir de este prejuicio siempre se llega a la aceptación de que la violencia social es un fenómeno que no puede resolverse sino en el largo, muy largo plazo. La prospectiva se vuelve más desesperanzadora si se reconoce que la violencia no permite el desarrollo económico, de tal suerte que el círculo vicioso queda trazado: la pobreza genera violencia y la violencia genera pobreza. Además, la explicación socioeconómica diluye cualquier responsabilidad: nadie es culpable, todos actúan de manera económicamente condicionada, lo cual se entiende como un fatalismo del que resulta imposible escapar. Se habla de “causas muy profundas” o incluso de “situaciones históricas”. Peña Nieto, en su discurso del jueves pasado, se refirió a “rezagos ancestrales que no han podido resolverse por generaciones”.

El decálogo que presentó el presidente de la República hace suyo el prejuicio de que la violencia es una variable dependiente de la pobreza: “La mayoría de los conflictos sociales y políticos más graves del país, tienen su origen, precisamente, en la falta de desarrollo de los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca”. Sin embargo, en el mismo paquete de medidas incluye también entre las entidades en las cuales se debe actuar prioritariamente a Jalisco, Michoacán y Tamaulipas, en donde, ciertamente, las cosas están muy mal, mucho peor que en Chiapas. Como ocurre siempre que se parte de una certeza antes de analizar las cosas, la percepción de la realidad termina ajustándose para que la gran explicación se mantenga incólume. 

Una explicación seria de la violencia social tiene que ser multifactorial; por supuesto, no pretendo elaborarla en un párrafo. Únicamente pretendo subrayar que si el Ejecutivo Federal sigue actuando a partir del prejuicio de que la violencia se explica por la pobreza, seguirá haciéndolo con ineficacia. Nadie previó la masacre de Iguala ni los horrores que han ido apareciendo en las fosas de Cocula. Iguala de la Independencia, Guerrero, según datos oficiales, reporta un porcentaje de personas en pobreza extrema de alimentación de apenas 0.088%, mientras que en otros municipios de la entidad el hambre lacera a muchísimos mexicanos y mexicanas: en Cochoapa el Grande el 54.84% sufre pobreza extrema alimentaria, y en otros siete municipios guerrerenses el porcentaje es superior al 45%: Acatepec, Alcozauca de Guerrero, Atlixtac, José Joaquin de Herrera, Metlatónoc, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca. Ciertamente en Guerrero la mayoría de la población vive en situación de pobreza —69.7%, según cifras del Coneval, al 2012—, condición que contrasta, por ejemplo, con una entidad vecina, como el Estado de México, en donde la proporción de gente pobre es mucho de menor, —45.3%—; no obstante, en términos absolutos el panorama es otro: si la pobreza origina violencia, ¿en dónde habría que poner más cuidado, en una entidad con 2.44 millones de pobres como Guerrero, o en el Estado de México, en donde hay 7.33 millones?

sábado, 29 de noviembre de 2014

#20NovMx

¿Qué?

El 20 de noviembre marché del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México. Me sumé así a la #AccionGlobalporAyotzinapa, una jornada que tuvo lugar en prácticamente todo el país y en muchas ciudades del resto del mundo. Junto con miles y miles de personas caminé aquel recorrido de poco más de cuatro kilómetros. Estuve ahí. Observé directamente lo que pasó. Puedo afirmar que la versión que desde la noche de ese mismo jueves han venido difundiendo la gran mayoría de los medios masivos de comunicación es parcial —no es completa y toma partido— y tergiversa (mal) intencionadamente lo sucedido. 


¿Cuántos?

Se trató de la manifestación social más nutrida en la que he participado en toda mi vida. Más allá de la guerra de cifras —hay “estimaciones” que van de 30 mil a más de un millón de manifestantes—, relato… Para demostrar su poder de convocatoria, López Obrador suele llenar el Zócalo, cosa que últimamente no ha logrado hacer del todo, porque ciertamente se requiere muchísima gente. La  Plaza de la Constitución tiene alrededor de 40 mil metros cuadrados, incluyendo las calles que la rodean, de tal suerte que si calculamos tres personas por metro cuadrado, entonces se requieren 120 mil para colmar el corazón simbólico de México. El #20NovMx, los contingentes de universitarios que se reunieron en Tlatelolco comenzaron a avanzar a las cinco de la tarde, al igual que las personas que se habían concentrado en el Monumento a la Revolución. La gente que salió del Ángel, partió una hora después. Antes de las seis y media el Zócalo ya estaba lleno. Yo no llegué hasta allí sino minutos después de las nueve de la noche, cuando el mitin ya había terminado. La Plaza seguía llena y los contingentes no dejaban de ingresar por 5 de Mayo. Es decir, el Zócalo se llenó varias veces, al mismo tiempo que los tramos por los que llegaron los manifestantes se encontraban totalmente ocupados, tanto por grupos que seguían avanzando como por personas que apoyaban la marcha en las banquetas. Resulta pues evidente que la estimación del gobierno capitalino, 30 mil, es ridícula, mientras que el millón que algunos calculan quizá se quede corto.


¿Quiénes?

En la Ciudad de México, la marcha #20NovMx no fue estudiantil: participó una diversidad social enorme. Claro, los contingentes de la UNAM, el Poli, la UAM y la UACM —Si no marchamos juntos, nos matarán por separado—, fueron protagónicos, y como ya ha ocurrido en marchas anteriores, los chavos venían también de la Ibero, el CIDE, el ITAM, el Instituto Mora, el Colmex… Pero ahora sí los jóvenes no salieron solos: sindicatos y organizaciones civiles variopintas —desde Amnistía Internacional hasta clubes de ciclistas, pasando grupos de gays y lesbianas, religiosos, feministas y danzantes…—, parejas, niños, ancianos, oficinistas, empleados y comerciantes que se incorporaban… Por supuesto, la mayoría éramos clasemedieros, pero observé no poca de esa gente a la que se le nota a leguas el dinero y, lo que me parece en verdad relevante, muchas personas humildes, muy humildes… La comunión por sí misma es una de las experiencias humanas más emotivas, y lo es más cuando se consigue entre distintos… Algunos metros antes de llegar a la glorieta de El Caballito, un viejo descomunalmente alto, de mirada severa, sostenía una cartulina: A los estudiantes hay que buscarlos en la escuela, no en los basureros


¿Cómo?

Se sentía una tristeza densa, atronadora cuando se coreaba del uno al 43 para exigir justicia. Se sentía la alegría de la esperanza, de saber que no había ganado ni la desidia ni el miedo. La emoción estallaba en las arengas contra el presidente Peña, y a renglón seguido en los cantos y las porras. Íbamos muy contentos. Íbamos muy compungidos. Indignación y coraje. Una señora con un par de niñas a los lados mostraba su parecer: Por nuestros hijos… prohibido rendirse.

Tristeza por los normalistas, enojo contra el gobierno y orgullo por estar marchado con miles de personas civilizadas… En esto hay que insistir y repetirlo: la marcha fue no sólo pacífica, fue también ordenada.


¿Por qué?

El jueves por la tarde-noche expresé un mismo mensaje con decenas de miles de mexicanos y mexicanas: estamos dolidos e indignados y queremos justicia.

A mí me tocó entrar al Zócalo poco después de las nueve. Impresionante: aunque el mitin ya había concluido, la gente circulaba contenta, animada… El ágora éramos todos. Pero del otro lado de la plancha comenzaron a escucharse petardos y alcanzamos a ver humo. Nadie corrió, las risas seguían, pero aquello ya había terminado y la prudencia susurraba algo al oído, así que comenzamos a salir por Madero… Algunos muchachos todavía traían pila suficiente para llegar a Eje Central echando Goyas y Huelums… Había quienes se detenían a comprar un tamal para calmar el hambre…

Para los miles que se quedaron en el Zócalo el final no fue el mismo. El gobierno —policía federal y policía del DF— decidió despejar el Zócalo a macanazos. El pretexto hacía más de una hora que había sido activado: menos de cincuenta bárbaros habían ya hecho su parte. De nada sirvió que justo antes de que comenzaran a repartir golpes, algunas personas se hubieran acercado a tratar de evitar la represión: ¡Policía, hermano, tu lucha es de este lado!

La violencia no es la solución, declaró hace unos días el secretario Osorio. Obvio…: la violencia es el problema.

Una galería
















domingo, 23 de noviembre de 2014

#20NovMx, a chronic

What?
On November 20th I marched from El Ángel de la Independencia to the Zócalo of Mexico City. In this way I joined the #AccionGlobalporAyotzinapa, a day of solidarity that took place in almost the entire country and in many cities all around the world. Demanding justice, along with thousands and thousands of people, I walked over four kilometers. I was there. I observed firsthand what happened. I can say that the version that was broadcasted by the vast majority of the mass media is partial (not complete and taking a side) and intentionally twists (badly) what happened.

How many?
It was the biggest social protest in which I have ever participated in all my life. There are "estimates" ranging from 30,000 to more than a million demonstrators. Beyond war of numbers, I prefer to say what I saw.... The Zócalo has about 40 thousand square meters, including the surrounding streets; so, if we calculate three individuals per square meter, the result is that 120,000 people are required to fill the symbolic heart of Mexico. The #20NovMx at 5 pm, the groups of college students clustered in Tlatelolco, began to advance. People who had gathered at the Monumento a la Revolución also began walking at that moment. People who left El Ángel began their protest an hour later. Before half past six, the Zócalo was already full. I arrived there until a few minutes after nine, when the meeting was already over. The square was still completely full and the protestors kept coming down across 5 de Mayo Street. What I mean is that the Zócalo filled up with protestor more than once, and that the surrounding streets remained fully occupied by groups that were still trying to advance and by people supporting the protest from the sidewalk. The estimation of the Mexico City’s government, 30 thousand people, is just ridiculous, while the million that others calculate might fall short. 



Who?
In Mexico City, the #20NovMx was not purely a student protest: a huge diversity of social actors participated. Of course, the student protest groups of the public universities such as UNAM, Poli, UAM and UACM (united by the rallying cry If we do not march together, we’ll be killed apart) took the starring role, along with students from smaller universities, some of them private, like Ibero, ITAM, CIDE and Colmex. However, this time the Mexican youth did not march alone: labor unions and diverse nonprofit organizations (from Amnesty International to bikers clubs, including the LGBT community, feminist groups and even religious organizations), couples, kids and elderlies, white collar workers and businesspeople, all joined the protest… Certainly, most of us belonged to the middle class, but I also observed a considerable number of clearly wealthy people, and, what shocked me the most, a crowd of humble people, really humble people…  Social union by itself is one of the most emotional human experiences, and even more when it develops between different kinds of people… A few meters before the Caballito roundabout, an old man, colossally tall, with severe eyes, held a sign: Students belong in school, not in dumpsters

How?
A deep sorrow was felt when the mass shouted out, demanding justice, numbers from one to forty-three. The joy of hope, however, was also there, because we knew that nor fear nor apathy had won. Excitement broke out when protests against president Peña were sung. We were happy. We were mournful. Outrage and anger. A lady with two little girls by her side spoke her mind: For our children… forbidden to surrender
     Pain for the Ayotzinapa students, anger against the government and pride for being there, marching along thousand of civilized citizens… And in this point we have to insist: the protest was not only pacific, it was also well organized.  



Why?
Last Thursday evening I expressed one same message along with tens of thousands of Mexicans: we are hurt and outraged, and we want justice. 


I got to enter the Zócalo until nine. It was impressive: although the meeting had concluded, people walked around cheerful, hopeful…  But across the square, the sounds of petards were heard and we began to saw smoke. No one ran, laughs continued until the voice of prudence whispered to our ears, so we went ahead and exit through Madero Street… Some of the students still had energy to continue all the way across Eje Central with their universities cheers, Goyas and Huelums… Some of them had stopped to buy a tamal to ease the hunger… 


For the thousands that remained at the Zócalo their end was not same. The government (with the help of the federal and city forces) decided to clear the square with police brutality. The excuse was activated an hour before: less than fifty barbarians had done their old tricks. The shout outs of people: Brother policeman, your fight is in this side, just before the repression stroke out, were useless, and physical aggression began.

Violence is not he solution, declared a few days ago the Secretariat Osorio, obviously… violence is not the solution, violence is the problem.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Twitter: comunidad imaginada

Hace 30 años Gabriel Zaid (1934) fue incorporado al Colegio Nacional. Hombre de libros, Zaid dedicó su discurso de ingreso a la labor editorial de Daniel Cosío Villegas, fundador de una de las más grandes empresas culturales del siglo XX mexicano, el Fondo de Cultura Económica. La intervención inaugural del regiomontano comienza así: “Hay una vieja tradición que ve los libros como apartamiento del mundo…; más radicalmente aun: como negación de una realidad deleznable…” Una idea que a mí, como seguramente a muchos, evoca de inmediato a aquel buen hombre que
se enfrascó tanto en su lectura, que se pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio e turbio, y así del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele de fantasía de todo aquello que leía en los libros…; y asentósele de tal manera en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
De vuelta al discurso de Zaid: a la imagen del libro como creador de una realidad aparte —en el mejor de los casos, la de la contemplación de esta otra que supuestamente cohabitamos todos—, a párrafo seguido se llama a cuento no a un novelista como Cervantes, sino a un poeta, amigo de don Miguel, por cierto, Quevedo, para citar la primera estrofa de reputado soneto suyo:
Retirado en la paz de estos desiertos,con pocos, pero doctos, libros juntos,vivo en conversación con los difuntosy escucho con mis ojos a los muertos.
Los versos de Quevedo realzan el milagro que permite un libro: “La imprenta, vengadora de injurias de los amos, libra a las grandes almas que la muerte ausenta y les da una especie de vida eterna”. La comunicación entre los muchos, distintos y distantes, que la lectura posibilita, “nos integra a una comunidad invisible, por encima de los límites sociales, históricos, materiales, del espacio y del tiempo. Los libros nos permiten ser parte, a pesar del apartamiento”. Más adelante, Gabriel Zaid abunda en la noción de la “la comunidad invisible” que el invento de Gutenberg trajo al mundo hace 560 años: “Apareció una vida pública desconocida en Grecia: lugares de reunión que no están en ninguna parte; reuniones numerosas y hasta multitudinarias, pero que no suceden en un lugar y momento, sino en muchos lugares y momentos; que incluyen a conocidos y desconocidos, a vivos y muertos, y aun a participantes que todavía no nacen pero están previstos por este extraño diálogo imaginario…”

Un año antes de que Gabriel Zaid pronunciara estas palabras, un profesor de la Universidad Cornell, Benedict Anderson (1936), publicó un libro que tendría un gran impacto en muchas disciplinas sociales y que hoy día ha alcanzado el sitio de imprescindible: Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. El libro se puede leer desde 1993 en español gracias precisamente al Fondo de Cultura Económica (Colección Popular No. 498). El argumento en torno al cual gira todo el ensayo es el siguiente: una nación es “una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana”. Que sea imaginada no quiere decir que la nación no existe realmente, no, establece que existe precisamente porque es imaginada. Y es imaginada por un hecho simple e irrebatible: “porque aun los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión”.

Desconozco si en 1984 Gabriel Zaid había leído el libro de Benedict Anderson antes de escribir su discurso, pero es evidente que hay paralelismos significativos entre la comunidad invisible que él esboza y las comunidades imaginadas del académico de Cornell. De entrada, ambas son comunidades imaginadas, ciertamente, intangibles, aunque no por ello irreales. Además, las dos son limitadas: la nación por fronteras geopolíticas, más o menos flexibles, pero concretas; en tanto que la comunidad invisible que se realiza gracias a los libros es un territorio etéreo, mucho más extenso que la República de las Letras, pero limitado a los hombres y mujeres alfabetizados. Comunidades imaginadas y limitadas ambas, con la diferencia de que la comunidad invisible propuesta por Zaid no reclama soberanía alguna. 

Tampoco sé si Benedict Anderson y don Gabriel tienen dotes de videntes. Sé en cambio que en poco tiempo mucha tinta y bytes han corrido en sesudos análisis de Internet, entendido como un medio de formación de comunidades imaginadas, especialmente en lo que corresponde a las (mal) llamadas redes sociales. Es posible encontrar en línea varias ponencias que específicamente arguyen que Twitter conforma fuertes comunidades imaginadas, en el sentido en el que Anderson define a las naciones —político— y con las posibilidades que Zaid destaca para las comunidades invisible que se trenzan en torno al libro impreso; a estas alturas, señalarlo es impostar la voz de Perogrullo. Si refiero todo lo dicho hasta aquí es para apuntar que desde finales de septiembre a estas fechas, he participado en Twitter en una comunidad imaginada de contundente realidad, que entra y sale de los monitores, del iPhone y la tablet, no para negar una realidad deleznable, sino para tratar de aprehenderla al margen de la mediación de los medios masivos de comunicación tradicionales, e incidir en ella, por ahora a través de la protesta en línea y callejera. El esfuerzo puede parecer quijotesco, y más nos vale que no lo sea… 

Ojalá que el próximo 20 de noviembre, el #YaMeCansé, el #AyotzinapaSomosTodos vistan de luto a la comunidad imaginada llamada México. Reconozcámonos conscientes…

domingo, 16 de noviembre de 2014

Los incentivos del horror

El infierno es esperar sin esperanza.
André Giroux

El pasado jueves, en las páginas del diario El país, José Ramón Cossío publicó un análisis preciso del estado atroz en el que vivimos, de la realidad a la que más nos vale no acostumbrarnos. El firmante fundamenta su valoración en los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2014, dados a conocer hace unas semanas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La fuente es confiable y quien atisba al país en tales datos no es cualquier persona: además de ser un respetado académico (profesor en el ITAM y miembro del Colegio Nacional), es uno de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo tribunal de México y la cabeza del Poder Judicial. Por lo demás, no se requiere mucha interpretación para estar de acuerdo con Cossío Díaz: la situación que vive el país es “mala” y lejos de mostrar signos de mejoría se halla en “creciente deterioro”. Sin duda, las cifras de la ENVIPE 2014 abruman, abaten: “durante 2013, en el país se cometieron 33.1 millones de delitos, con 22.5 millones de víctimas, y una afectación al 33.9% de los hogares. Este último aspecto ha venido creciendo, desafortunada y consistentemente, al pasar del 30.4% al 32.4% y 33.9% en 2011, 2012 y 2013, respectivamente. Lo mismo ha sucedido con el número de víctimas (24.3%, 27.3% y 28,2%) y el número de delitos (29.2%, 35.1% y 41.5%) a nivel nacional en cada uno de esos años”. Y si estos datos por sí mismos pintan ya un espanto, la llamada cifra negra revela una calamidad: el 93.8% de los delitos no fue denunciado o no significó el inicio de una averiguación previa… Dicho en corto y sin necesidad de acudir al microscopio para verle los dientes al tiranosaurio, en nuestro país la impunidad está prácticamente garantizada para cualquier delincuente. Y justo aquí está el incentivo del horror. “La economía del crimen en México”; el título que dio el ministro Cossío a su texto es certero. “Si con todos los problemas que se han identificado para el homo economicus, el delincuente entiende que la posibilidad de ser atrapado, investigado, procesado o sentenciado es baja, o que tiene altas probabilidades de burlar cualquiera de esas etapas procesales, entonces mantendrá altos incentivos para delinquir y seguir haciéndolo… Dadas estas condiciones, un individuo racional amoral encontrará absurdo no delinquir, pues el balance entre las potenciales ganancias y costos (sanciones) es positivamente alto”. 

Aquí, las puertas del infierno están abiertas, y no para condenar ahí a los malos, están abiertas para que los demonios circulen entre nosotros a su gusto.

El viernes en la tarde, Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, ofreció una de las conferencias de prensa más esperadas en la historia reciente de México. Desde muy temprano, se dejó correr el trascendido de que en el transcurso del día habría noticias y que no serían nada buenas. No lo fueron. Lo peor no fue saber que la versión oficial es (y no es) que los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fueron asesinados. No. Lo peor fue la ambigüedad que ofreció el Poder Ejecutivo y la incertidumbre en que nos dejo, así como la insolente ineficacia que evidenciaron las fuerzas del orden del gobierno. 

El procurador dijo que en la madrugada del 26 al 27 de septiembre los 43 muchachos fueron asesinados en Iguala y después quemados, calcinados en un basurero localizado en Cocula. Explicó que los cadáveres estuvieron ardiendo durante horas y horas, en un fuego avivado con llantas, diesel, gasolina, leña y plástico, hasta convertirse en cenizas. En conclusión, dijo que efectivamente, los 43 estudiantes fueron sacrificados por miembros de Guerreros Unidos y que luego los muertos se hicieron humo, desaparecieron. Ahora sí, desaparecidos, oficialmente… Porque justo ahí está el problema: no quedaron restos que permitan comprobar todo con certeza…, o quizá sí, pero en la Universidad de Innsbruck, en Austria, aunque será difícil, quién sabe… La ambigüedad que deparó confusión —“una situación o un estado de confusión puede definirse como una contraimagen de la comunicación” —Paul Watzlawick (¿Es real la realidad? Herder, 2003)—. El señor procurador declaró además que “10 mil elementos, entre policías, soldados, marinos, ministerios públicos, investigadores y peritos… han estado en la zona buscando la pista precisa para la ubicación de estos jóvenes”. Sin embargo, resulta que las conclusiones (que no son conclusiones, nada más avances) que presentó se basan en “los testimonios y las confesiones” de El Pato, El Jonas y El Chereje, un trío de maleantes. De cualquier forma, y considerando que el ex presidente municipal de Iguala no ha declarado ni media palabra, además de la ambigüedad, aviva la incertidumbre la pobre verosimilitud de la versión oficial de los hechos, especialmente en lo que corresponde al móvil de la barbarie… ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué con tanta saña? 

Lo ocurrido en Iguala nos iguala: toda la fuerza del gobierno concentrada en intentar resolver el asunto para hacer justicia y brindar certidumbre, y con todo el caso sigue abierto, esto es, no se ha podido cerrar. “La eventual identificación de los restos humanos” puede que nunca se concrete (o quizá sí) y aún no han sido apresados todos los involucrados. Quedan otras fosas, hasta ahora más de treinta muertos anónimos, y seguramente otras más, según la propia autoridad.

Sin certidumbre no puede haber justicia, y la impunidad incentiva el horror.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Soñar para despertar de la pesadilla

… nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir.
Víctor Hugo, Los miserables.



Zara y George. Ella es historiadora, experta en la configuración geopolítica del mundo contemporáneo; él, quizá la máxima autoridad en todo el orbe en el vastísimo campo de la literatura comparada. Se conocieron en Londres, gracias a una ensoñación compartida, y no entre ellos dos. Corría el año de 1952 y ambos concluían sus respectivos PhD en Oxford. Los dos judíos; él parisino, ella neoyorkina. Aunque habían estudiado sus respectivas licenciaturas en Harvard, no se conocían. Una dupla de lumbreras. Algunos profesores, quienes conocían a George y Zara, compartían el siguiente ensueño: ese par nacieron el uno para el otro, el día que los presentemos se van a enamorar y van a terminar casándose… Nunca faltan los incrédulos, así que se corrió una apuesta, y ya luego los presentaron… La boda de George Steiner (1929) y Zara Shakow (1928) ocurriría menos de tres años después: el sueño en vigilia de aquel grupo de académicos se concretó.

Steiner ha publicado decenas de volúmenes, la mayoría, antologías de ensayo. Pasión intacta es uno de ellos; se trata de un nutritivo mamotreto de más de 500 páginas en el que incluye textos facturados entre 1978 y 1995. Como casi todos los libros de George Steiner traducidos al castellano, éste también lo edita Siruela, y es muy caro. Afortunadamente la pieza a la que me voy a referir, “¿Los sueños participan de la historia?”, fue publicado también por la Revista de la Universidad de México (Número 30; X/1983), y se puede encontrar en línea. En este ensayo, espléndidamente traducido por Ida Vitale, Steiner postula que en el umbral de su existencia como especie el ser humano pudo haber soñado, antes incluso de haber desarrollado el lenguaje —fundamenta su suposición en un hecho incuestionable, sobre todo para quienes han tenido mascotas: los animales sueñan—. En dado caso, “el lenguaje sería una tentativa de interpretar, de contar sueños más antiguos que él”. Así, habría que entender al sueño como el manantial de nuestros mitos más antiguos, los primigenios, y por ende del lenguaje mismo, toda vez que “la evolución de la mitología y del lenguaje humano se cumplió a través de una interacción dialéctica y simultánea”. Por lo demás, los sueños de hombres y mujeres no escapan del lenguaje: “todos los informes humanos de sueños nos llegan a través de la pantalla del lenguaje”.

Steiner explica que la historicidad de los sueños es doble: por un lado, los sueños se convierten en materia de la historia, y por otro “también existe una historia de los sueños o, más precisamente, una historia de la fenomenología del sueño”.

Ciertamente, los sueños del monarca o el profeta eran asuntos que se consignaban como parte de la historia de un pueblo. Históricos son también los horrores oníricos que mucha gente podía sufrir ante la inminencia del cambio de un milenio, por ejemplo, o ya en nuestros días frente a determinadas amenazas colectivas, reales o imaginarias, como un ataque terrorista o la propagación de una enfermedad endémica. Más incluso: “las revoluciones, antes de realizarse, son soñadas, primero por los individuos, luego por el grupo social; quizá el carisma se define precisamente como esa facultad de concebir un sueño anticipador, una fuerza capaz de suscitar sueños semejantes en otros”. Los sueños, para usar la expresión de Bloch, “imprimen a la historia un movimiento hacia la esperanza”.

En cuanto a la segunda cara de la historicidad de los sueños, Steiner lamenta la poca atención que hemos dado a las diferentes formas en que el hombre ha soñado a través del tiempo, condicionadas, como cualquier otra actividad humana, históricamente. Hoy, por traer a cuento un botón de muestra, “los inventos, el progreso y la diseminación de las técnicas de iluminación artificial han modificado la psicofisiología de los actos de sueño”. Con todo, y a sabiendas que la tarea es colosal, Steiner propone “una sola transformación, pero fundamental, en la función que se le reconoce al sueño y a sus manifestaciones, tal y como ilustran los documentos de nuestras culturas occidentales”. Efectivamente, muestra cómo desde los albores de dicha tradición —la antigüedad mediterránea, “ya sea clásica, semítica o ‘bárbara’”— y hasta el siglo XVII, los hombres vinculaban sus sueños “a la fenomenología de la prefiguración”, esto es, las visiones oníricas se asumían como “una visitación del futuro o por el futuro”, y a partir de ello se recuperaban al despertar por medio del lenguaje. Pero a partir del Siglo de las Luces y decididamente después de Freud, para la cosmovisión occidental los sueños ya no se alimentan de profecías sino de recuerdos. Claro, mucha gente sigue buscando en los sueños pistas para prever lo que ocurrirá, pero es innegable “el gran desplazamiento” que deportó a los sueño de la categoría de profecía a la de recuerdo, “al menos en lo que concierne a las sensibilidades filosóficas y científicas”, y así se ha establecido como noción hegemónica.

Con todo, en la actualidad como hace miles de años, una colectividad, para serlo, necesita compartir sueños. El problema es que hoy el futuro nos queda cada vez más lejos, y ya casi nadie se anima a soñarlo. La situación de atrocidad que develó lo ocurrido hace 36 días en Iguala, Guerrero, ha hecho que muchos prefieran no ver, no enterarse y hacer como si no pasara nada, o bien asumir el futuro como una pesadilla. Por eso urge que cada vez sean más quienes critiquen y manifiesten inconformidad. Porque George Steiner tiene razón, “toda crítica del apocalipsis es una utopía”.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Dream to wake up from the nightmare

Nothing better than a dream to engendering the future.
Victor Hugo, Les Misérables


Zara and George. She is a historian, an expert on the geopolitical configuration of the contemporary world; he is perhaps the ultimate authority in the whole world in the vast field of comparative literature. They met in London, thanks to a shared daydream, but not between them. In 1952, both were ending their respective PhD at Oxford. Both of them are Jews; he, Parisian; she, Newyorker. Although they had studied their degrees at Harvard, they didn’t know each other. A couple of geniuses. Some teachers, who knew George and Zara, shared the following reverie: that pair was born for each other, and, the day that they shall meet, they will fall in love and end up in the altar ... There are always some unbelievers, so they ran a bet and then they introduced them ... George Steiner (1929) and Zara Shakow (1928) got married less than three years later: the waking dream of that group of academics was finally materialized.

Steiner has published dozens of volumes. No Passion Spent is one of them; a substantial tome of over 500 pages that includes billed texts between 1978 and 1995. In the piece I will refer to in this essay, "The Historicity of Dreams", Steiner states that at the threshold of its existence as a species, humans could have dreamed, even before we developed language —he bases his assumption in a unquestioned fact, especially notorious for those who have had pets: animals dream. “Language is, in a sense, an attempt to interpret, to narrate dreams older than itself." So, we should understand dreams as the source of our oldest myths, the primitive ones, and hence of language itself; since the evolution of mythology and human language is accomplished through a dialectical and simultaneous interaction. In this sense, the dreams of men and women do not escape from language: "all human reports on dreams come to us via the screen of language."
Steiner explains that the historicity of dreams is dual: on one hand, “dreams are made the matter of history”, and on the other, "there is also a story of dreams, or more precisely, a history of the phenomenology of dreaming."

Certainly, the king ´s dreams or the prophet’s dreams were issues that were addressed as part of the history of a community. Historical are also the dreamt horrors that people could suffer at the imminence of change of a millennium, for example, or nowadays against certain collective threats, real or imagined, such as a terrorist attack or the spread of endemic disease. Moreover, "revolutions, before being carried out are dreamed first by individuals, then by a social group; maybe charisma is precisely that faculty of conceiving a reveling dream, a force capable of arousing similar dreams in others ". Dreams, in words of Bloch, "print in history a movement toward hope."

Regarding the second side of the historicity of dreams, Steiner laments the lack of attention we give to the different ways in which man has dreamed over time, conditioned, like any other human activity, historically. Today, just as an example, "inventions, progress and the spread of artificial lighting techniques have changed the way psychophysiology of sleep acts." However, and knowing that the task is colossal, Steiner proposes "a single, but essential, transformation in the role of dreams and its manifestations, illustrated in documents of our Western cultures." Indeed, he shows how since the dawn of the Mediterranean ancient civilizations, "whether classical, semitic or 'barbaric'" - and until the seventeenth century, men tied their dreams to the "phenomenology of foreshadowing," in other words, dreamlike visions were assumed as "a visitation from the future or of the future" recovered when waking up through language. But from the Enlightenment and decidedly after Freud, dreams were no longer fed from prophecies but from memories. Sure, many people still look for clues in dreams to predict what will happen, but the "big shift" in dreams which deported them from the prophecy to memory category is undeniable, "at least in what concerns the philosophical and scientific sensibilities, "and so, this has been established as a hegemonic notion.
But today, as thousands of years ago, a group, to actually be one, needs to share dreams. The problem is that today is the future seems further away, and almost no one dares to dream it. The situation of atrocity that was revealed 36 days ago in Iguala has made many prefer not to see, not to hear, to act as if nothing had happened, or, worst, to assume the future as a nightmare. That’s why it’s so urgent that more and more people criticize and express dissatisfaction. Because George Steiner is right, "all criticism of the apocalypse is an utopia."