→ 1. LA ESTRUCTURA DE TIEMPO COMETIDO
Cronos no gobierna el tiempo narrativo, lo hace Kairos. En una narración el tiempo no está segmentado por relojes o calendarios, sino por acontecimientos cruciales, al menos principios, medios o finales. En una cronología no hay lugar para la prolepsis y la analepsis, mientras que el orden de la secuencia en que se presentan los acontecimientos en una narración no necesariamente corresponde al orden cronológico de su ocurrencia.
→ 2. LA PARTICULARIDAD GENÉRICA
Cada historia cuenta casos particulaes, pero todas las historias se traman ajustadas a tipos generales de formas de narración, esto es, a géneros. Y de nuevo el dilema: ¿generan los géneros historias específicas o son solamente abstracciones posteriores con las cuales pretendemos categorizar la realidad? Bruner opta por pensar que los géneros generan sus expresiones particulares; y se apoya en dos argumentos: "… ciertas historias, sencillamente, se parecen, se asemejan a versiones de algo más general"; y "… los caracteres y episodios de las historias toman sus significados y son funciones de estructuras narrativas que abarcan más". Cita a Alaister Fowler (Kinds of Literature, Cabridge, 1982): “un género es mucho menos un compartimiento que un contenido”.
Además, Bruner subraya el hecho de que un género no sólo es una forma canónica de realizar un texto, sino también una manera específica de interpretar un texto; esto es, por un lado, un género ‘existe’ en el argumento y la forma de narraren de un texto; y por otro, ‘existe’ "en forma de dar sentido a un texto". Así, es factible mediar cualquier realidad a través de cualquier canon de género, lo que implicará la mutación respectiva en su lectura. Recuerdo Melinda and Melinda (Woody Allen, 2004).
Si bien los géneros concretos no son ‘universales’, su existencia sí lo es. ¿Por qué? Porque si no tuviéramos el referente de los géneros, "no sabríamos cómo interpretar una narración" en la medida en la que no dispondríamos de un marco mínimo para formular hipótesis de lectura.
Finalmente, para Bruner, los cuatro grandes géneros, en los que caben todos, son la comedia, la tragedia, la ironía, el romance o novela.
→ 3. LAS ACCIONES TIENEN RAZONES
En una narración, lo que los agentes hacen jamás es por casualidad, sino que "está motivado por creencias, deseos, teorías, valores u otros ‘estados intencionales"; esto es, en las narraciones todo ocurre por una razón, y los esquemas de causalidad nunca explican por sí mismos el acontecer.
→ 4. COMPOSICIÓN HERMENÉUTICA
¿Qué significa una historia? Jamás únicamente algo, siempre son múltiples sus posibles significados. Por ello, el objetivo del análisis hermenéutico de un texto no es dar la última palabra, la exégesis definitiva, sino "aportar una explicación convincente y no contradictoria de lo que significa un relato".
→ 5. CANONICIDAD IMPLÍCITA
"La realidad narrativa del mundo o es canónica o es una desviación de alguna canonicidad implícita".
→ 6. AMBIGÜEDAD DE LA REFERENCIA
"La narración crea o construye su referencia, la ‘realidad’ a la que señala…". No hay por qué pues explicar cómo es que un hombre vomita conejitos (Carta a una señortita de París, de Cortázar) o por qué de pronto toda la humanidad, salvo una mujer, comenzó a perder la vista (Ensayo general de la ceguera, de Saramago).
→ 7. LA CENTRALIDAD DE LA PROBLEMÁTICA
"Los relatos pivotan sobre normas quebrantadas… Eso coloca la ‘problemática’ en el eje de las realidades narrativas".
→ 8. NEGOCIABILIDAD INHERENTE
• “… al escuchar una narración suspendemos la incredulidad…” En la ficción y en la vida real.
• “Tú cuentas tu versión, yo cuento la mía, y sólo en contadas ocasiones necesitamos la litigación para solucionar las diferencias”
• “Es fácil que tomemos las versiones alternativas de un relato con una actitud perspectivista, mucho más que en el caso de los argumentos o comprobaciones”.
→ 9. LA EXTENSIBILIDAD HISTÓRICA DE LA NARRACIÓN
• “Construimos una ´vida´ creando un Yo para conservar la identidad que se despierta al día siguiente siendo prácticamente el mismo. Parecemos ser genios de ‘la historia continuada’… Imponemos coherencia al pasado, lo convertimos en Historia”.
“Vivimos en un mar de relatos y, como el pez que (según el proverbio) será el último en descubrir el agua, tenemos nuestras propias dificultades para entender en qué consiste nadar entre relatos”.
Bruner sostiene que hacemos relatos de manera automática, inconsciente.
Tres antídotos contra la falta de conciencia: contraste, confrontación, metacognición.
“Mientras que el contraste y la confrontación pueden despertar conciencia sobre la relatividad del conocimiento, el objeto de la metacognición es crear formas alternativas de concebir la creación de la realidad”.
Cronos no gobierna el tiempo narrativo, lo hace Kairos. En una narración el tiempo no está segmentado por relojes o calendarios, sino por acontecimientos cruciales, al menos principios, medios o finales. En una cronología no hay lugar para la prolepsis y la analepsis, mientras que el orden de la secuencia en que se presentan los acontecimientos en una narración no necesariamente corresponde al orden cronológico de su ocurrencia.
→ 2. LA PARTICULARIDAD GENÉRICA
Cada historia cuenta casos particulaes, pero todas las historias se traman ajustadas a tipos generales de formas de narración, esto es, a géneros. Y de nuevo el dilema: ¿generan los géneros historias específicas o son solamente abstracciones posteriores con las cuales pretendemos categorizar la realidad? Bruner opta por pensar que los géneros generan sus expresiones particulares; y se apoya en dos argumentos: "… ciertas historias, sencillamente, se parecen, se asemejan a versiones de algo más general"; y "… los caracteres y episodios de las historias toman sus significados y son funciones de estructuras narrativas que abarcan más". Cita a Alaister Fowler (Kinds of Literature, Cabridge, 1982): “un género es mucho menos un compartimiento que un contenido”.
Además, Bruner subraya el hecho de que un género no sólo es una forma canónica de realizar un texto, sino también una manera específica de interpretar un texto; esto es, por un lado, un género ‘existe’ en el argumento y la forma de narraren de un texto; y por otro, ‘existe’ "en forma de dar sentido a un texto". Así, es factible mediar cualquier realidad a través de cualquier canon de género, lo que implicará la mutación respectiva en su lectura. Recuerdo Melinda and Melinda (Woody Allen, 2004).
Si bien los géneros concretos no son ‘universales’, su existencia sí lo es. ¿Por qué? Porque si no tuviéramos el referente de los géneros, "no sabríamos cómo interpretar una narración" en la medida en la que no dispondríamos de un marco mínimo para formular hipótesis de lectura.
Finalmente, para Bruner, los cuatro grandes géneros, en los que caben todos, son la comedia, la tragedia, la ironía, el romance o novela.
→ 3. LAS ACCIONES TIENEN RAZONES
En una narración, lo que los agentes hacen jamás es por casualidad, sino que "está motivado por creencias, deseos, teorías, valores u otros ‘estados intencionales"; esto es, en las narraciones todo ocurre por una razón, y los esquemas de causalidad nunca explican por sí mismos el acontecer.
→ 4. COMPOSICIÓN HERMENÉUTICA
¿Qué significa una historia? Jamás únicamente algo, siempre son múltiples sus posibles significados. Por ello, el objetivo del análisis hermenéutico de un texto no es dar la última palabra, la exégesis definitiva, sino "aportar una explicación convincente y no contradictoria de lo que significa un relato".
→ 5. CANONICIDAD IMPLÍCITA
"La realidad narrativa del mundo o es canónica o es una desviación de alguna canonicidad implícita".
→ 6. AMBIGÜEDAD DE LA REFERENCIA
"La narración crea o construye su referencia, la ‘realidad’ a la que señala…". No hay por qué pues explicar cómo es que un hombre vomita conejitos (Carta a una señortita de París, de Cortázar) o por qué de pronto toda la humanidad, salvo una mujer, comenzó a perder la vista (Ensayo general de la ceguera, de Saramago).
→ 7. LA CENTRALIDAD DE LA PROBLEMÁTICA
"Los relatos pivotan sobre normas quebrantadas… Eso coloca la ‘problemática’ en el eje de las realidades narrativas".
→ 8. NEGOCIABILIDAD INHERENTE
• “… al escuchar una narración suspendemos la incredulidad…” En la ficción y en la vida real.
• “Tú cuentas tu versión, yo cuento la mía, y sólo en contadas ocasiones necesitamos la litigación para solucionar las diferencias”
• “Es fácil que tomemos las versiones alternativas de un relato con una actitud perspectivista, mucho más que en el caso de los argumentos o comprobaciones”.
→ 9. LA EXTENSIBILIDAD HISTÓRICA DE LA NARRACIÓN
• “Construimos una ´vida´ creando un Yo para conservar la identidad que se despierta al día siguiente siendo prácticamente el mismo. Parecemos ser genios de ‘la historia continuada’… Imponemos coherencia al pasado, lo convertimos en Historia”.
“Vivimos en un mar de relatos y, como el pez que (según el proverbio) será el último en descubrir el agua, tenemos nuestras propias dificultades para entender en qué consiste nadar entre relatos”.
Bruner sostiene que hacemos relatos de manera automática, inconsciente.
Tres antídotos contra la falta de conciencia: contraste, confrontación, metacognición.
“Mientras que el contraste y la confrontación pueden despertar conciencia sobre la relatividad del conocimiento, el objeto de la metacognición es crear formas alternativas de concebir la creación de la realidad”.