Leonardo de la Caridad Padura Fuentes nació en La Habana, en Mantilla, cuatro años antes del triunfo de la Revolución Cubana. En 1988 publica su primera novela, Fiebre de caballos, y tres años después, con Pasado perfecto, da vida al personaje que le daría fama dentro y fuera de la isla, y sobre quien más ha escrito, Mario Conde, policía en las primeras cuatro entregas y luego investigador por cuenta propia. Además de las ocho novelas policiacas en las que Conde aparece, Leonardo Padura ha publicado tres novelas más: Fiebre de caballos, La novela de mi vida (2002) y, mi favorita, El hombre que amaba a los perros (2009). Padura agrupa sus cuatro primeras novelas policiacas en conjunto que llama Cuatro estaciones, dado que cada una de ellas está ambientada en una estación distinta del año. Hace apenas unas semanas, en los primeros días de diciembre, Netflix estrenó la miniserie Cuatro estaciones en La Habana, una producción Tornasol Films y Nadcon Film, basada en la adaptación de dicha tetralogía: Pasado perfecto (1991), Vientos de cuaresma (1994), Máscaras (1997) y Paisaje de otoño (1998).
Los cuatro episodios fueron filmados en la capital de Cuba; cada uno tiene una duración de hora y media, y todos fueron dirigidos por el español Félix Viscarret. Guiones inteligentes —el mismo Padura y su esposa, Lucía López Coll, se encargaron de la adaptación—, excelentes actores y actrices —ninguno del redil mainstream holliwoodense—dan vida a los personajes —Mario Conde, interpretado por Jorge Perugorría—, la musicalización es de primera y la calidad del trabajo fotográfico hacen que la miniserie sea una enormemente disfrutable. Ahí está la recomendación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario