La lectura es una práctica sociocultural
con efectos educativos, económicos y políticos.
UNESCO – CERLALC
Pues ahora resulta que en este país abunda la gente que lee por placer… ¡Qué escondidito se lo tenían, eh!
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Con todo, hace apenas unos meses el INEGI reportaba que el promedio de libros que leyó la población adulta lectora entre febrero de 2020 y febrero de 2021, en pleno confinamiento sanitario, fue de sólo 3.7, es decir, ni cuatro libritos al año, menos de uno cada tres meses. La misma encuesta indica que las mujeres declararon haber leído un poquito más que los hombres (3.9 y 3.5 respectivamente). Y, ojo, la población lectora no es toda la gente que podría leer: sólo 7 de cada 10 alfabetos de 18 años (71.6%) declararon leer ya sea libros, revistas, periódicos, historietas o paginas de internet —y esta proporción ha decrecido casi 10%, comparándola con los datos de 2016—.
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Pero ¡tranquilos!, han de ser puras apariencias: más allá de las estadísticas, en realidad México debe de estar plagado de lectores hedonistas. ¿O será que leemos muy menguadamente, pero los cuatro libritos que nos echamos al año los gozamos intensamente? Cuestiono esto luego de haber testimoniado la tumultuaria y airadísima respuesta a una declaración atribuida al director general de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, el señor Marx Arriaga…
— ¿Cómo?
— Marx…
— ¡No, bueno, con ese nombre…! ¿Qué podíamos esperar? ¿Y qué dijo el tal Stalin?
— No, Marx, Marx Arriaga.
— Bueno, qué dijo…
Según una nota publicada el 29 de julio por El Universal, el funcionario afirmó: “Leer por goce, acto de consumo capitalista”. Y luego, subtitulando un video, los editores del periódico agregaron: “Marx Arriaga arremete contra quienes leen por gusto”.
— ¡Qué! ¡Horror! ¡La iglesia en manos del Ruletero!
— No, de Lutero.
— ¡No lo defienda!
En vez de risueños emojis, en Twitter le llovieron críticas al doctor Arriaga. No faltaron los mensajes valientes y revolucionarios: “… leer por placer me parece la pura resistencia”, escribió Lorena Rojas. “No hay gozo más democrático e igualitario que leer un libro. La opinión de @MarxArriaga es un atentado al potencial que tiene cada ser humano de ser libre”, se pronunció Hypatia de México. Grandilocuente, Juan Villoro se sumó a las huestes de lectores gozadores ofendidos: “Leer por placer y ser feliz en un mundo donde existe Marx Arriaga son actos de disidencia que vale la pena practicar”. Otros hasta se animaron a recomendarle algunas lecturas: “… le vendría bien leer Fahrenheit 451. Mejor leer por placer que sentir placer al quemar libros” (@DavidPoireth). El coordinador de contenidos de W Radio, Primitivo Olvera, ¡faltaba más!, fue ligeramente más contundente: “La estupidez no tiene límites.” ¡Y, bueno, qué esperábamos en un país tan apasionado por la lectura!, hubo quien no se guardó los insultos: “Dice este asno que leer por placer es consumismo y el muy pendejisimo [sic] posa en un cuarto lleno de libros [sic]. Sentido común, nivel 4T” (@estupidonio).
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Y si sólo 72% de la población que sabe leer y escribir un recado declaró leer alguno de los materiales considerados por el INEGI en su encuesta, quienes aseguraron haber leído al menos un libro entre febrero de 2020 y febrero de 2021 apenas alcanzaron el 43%… ¿Será que la mayoría se abstiene de sentir placer? ¿Será una manda? Raro…
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Uno podría decir que qué esperaba el señor Marx Arriaga Navarro… ¿Cómo se le pudo ocurrir lanzarse a criticar a la gente que lee por puro placer en nuestro país, sea mucha o poca? ¿Y luego, llamándose así, andar tachando de consumista al culto público mexicano? Óigame, no… ¡Pero sucede que el directivo de la SEP no dijo eso! Lo que entrecomilla El Universal en su nota jamás fue pronunciado por él. Primero escuché el video del periódico, y nada, un locutor dice que el funcionario dijo tal cosa, pero a él no se le oye jamás decirlo. Luego leí la nota, y tampoco, no aparece ya el entrecomillado… Reportaban, eso sí, que la barbaridad que tanto le censuraron fue supuestamente espetada durante una conferencia que dictó en la Escuela Normal de San Felipe del Progreso. Bastaron unos cuantos teclazos para encontrar en una página de Facebook la (video)conferencia… Y sí, me la aventé toda, incluida la sesión de preguntas y respuestas. Resultado: Marx Arriaga criticó, en efecto, que se entienda y se promueva la lectura solamente como un goce, pero incluso matizó: “Esto no implica que la lectura deje de ser un acto placentero, sino [que] no es exclusivamente un acto placentero”. Si El Universal interpretó que el director general de Materiales Educativos de la SEP quiso decir que leer por goce es un acto de consumo capitalista, muy bien, pero eso no dijo; al entrecomillar el aserto, el periódico mintió.
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En el Módulo de Lectura 2021 realizado por el INEGI también se cuestionó a los (escasos) lectores de (pocos) libros por qué leían, y resulta que no, misteriosamente la mayoría no declaró que lo haya hecho por goce o placer: muchos lo hicieron por razones de estudio o laborales (25.1%), otros por “cultura general” (18.5%) y algunos por motivos religiosos (11.6%), en tanto que el 42.6% declaró leer libros —unos cuantos— “por entretenimiento”, lo más cercano al placer.
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Todas las campañas de promoción de la lectura en México se han centrado en un mensaje: leer es divertido, placentero. Lo es, indiscutiblemente. El asunto es que no importa si estamos o no de acuerdo con Arriaga —yo lo estoy— en que leer no sólo es fuente de diversión y placer —porque además brinda otros muchos beneficios, individuales y colectivos—, el caso es que impulsar la lectura con ese argumento no ha sido efectivo, y eso, lamentablemente, es indiscutible.
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