...nos desplazamos por la existencia como el ciempiés, impulsados por diversos egos que se alinean sobre caminos ásperos y cenagosos. Y no es difícil que ocurra, como en el proverbial cuento chino, que un sapo envidioso interrumpa el armonioso andar del ciempiés para decirle: “¡Qué elegante y curiosa manera de andar! Dime, admirado caminante, ¿cómo empiezas a desplazarte, qué pie levantas primero y cuál después, con cuál continuas y cómo ordenas las pisadas?”. Se sabe que el ciempiés se puso a cavilar y nunca llegó a responder: quedó paralizado, tirado en una zanja, y no se pudo jamás volver a mover.
Todos deberíamos estar preparados para responder al enigma de cómo movemos y desplazamos las identidades. No digo que resolvamos el misterio, lo que seguramente no es posible. Pero podemos estar listos para escapar de la pregunta del sapo...*
* Lo tomo del discurso que pronunció el doble doctor en Sociología, en diciembre de 2009, al recibir el Premio Fernando Benítez de Periodismo Cultural: http://www.letraslibres.com/blogs/las-identidades-del-ciempies
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