La famosa pipa de
Magritte, más precisamente la no pipa de Magritte, en realidad se titula La traición de las imágenes. El belga
surrealista René François Ghislain Magritte (1898-1967) pintó este celebérrimo óleo
en 1929: una pipa y abajo la leyenda Ceci
n'est pas une pipe, esto no es una pipa.
¿Qué observamos? ¿Una
pipa? Si usted me dice que sí, le recuerdo que Magritte repeló en su momento: “Y sin embargo, ¿podría usted rellenarla?
No, claro, es una mera representación. Si hubiera escrito en el cuadro ‘Esto es
una pipa’, ¡habría estado mintiendo!”
Con tinta china y acuarela,
algunos años después —no está fechada la obra— el artista plástico juchiteco Francisco
Benjamín López Toledo (1940-2019) realizó Gato y palabra gato (perdonarán
ustedes, pero la pieza estaba colocada de tal manera que resultaba imposible
evitar el reflejo del fotógrafo con camiseta de José Guadalupe Posada). ¿Qué
observamos? ¿Un gato? Yo veo más un gato en la palabra gato que en el gato de
la izquierda, y sin embargo, reclamaría el belga al maestro Toledo, ¿podría
usted acariciar al gato?
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