Un blog apasionado, incondicional y sobre todo inútil sobre esos objetos planos, inanimados, caros, arcaicos, sin sonido estereofónico, sin efectos especiales, y sin embargo maravillosos llamados libros.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Nacionalidades y pueblos

 

Con una afirmación imprecisa arranca Raúl Béjar Navarro (Ciudad de México, 1937-2010) su ensayo El mexicano. Aspectos culturales y psicosociales (UNAM, 1983; 3ª ed.): “El carácter nacional ha sido un tema tratado por numerosos pensadores desde el principio de la historia escrita”.



La imprecisión estriba en que el “carácter nacional” está ligado al Estado-Nación, el cual es un producto de la Modernidad, de hecho, un producto tardío de la misma, es decir, un producto histórico muy posterior a la invención de la escritura, hecho que se remonta poco más de tres milenios antes de nuestra era. El error de Béjar Navarro se evidencia más adelante: luego de traer a colación a la Biblia, el Kama-Sutra, a Tácito y Heródoto, en fin, señala: “La formación de imágenes nacionales es, pues, muy antigua… De esta forma y así como los antiguos escritores hablaban acerca de los galos, los egipcios, los persas, etcétera, es común en la actualidad hacer juicios sobre el comportamiento de los franceses, los ingleses, los rusos, los argentinos, los estadounidenses, los mexicanos, etcétera”. Y no, así no son las cosas; la equiparación de los antiguos galos con los franceses contemporáneos permite aclarar el asunto. Veamos.

 

Hasta el año 2022, cuando Olivier Giroud le metió un gol a Polonia durante el Mundial de Qatar, el máximo anotador de la selección nacional de fútbol de Francia había sido Thierry Daniel Hery (51 goles en 123 partidos), quien nació en Les Ulis; con todo, los antiguos escritores jamás podrían haberlo considerado un galo, sencillamente porque es negro. ¿Qué decir del superestrella francés Zinedine Yazid Zidane, Zizou, ¿es o no un símbolo vivo del nacionalismo francés? Bueno, sus padres son africanos dado que nacieron en Argelia. La actual estrella del seleccionado francés, campeón mundial en Rusia 2018 y subcampeón en 2022, es el joven parisino Kylian Mbappé, hijo del inmigrante camerunés y de una jugadora de balonmano de origen argelino. ¿O podría negársele a Albert Camus (1913-1960) el “carácter francés”? Me parece que no, aunque estoy seguro de que ese carácter dista mucho de la categoría que un escritor antiguo habría otorgado al ser galo; Camus, Premio Nobel de Literatura 1957 por sus obras escritas en francés, nació en Argelia, y su madre en Menorca, la isla más grande de las Baleares, hoy por cierto parte de España. 

 

El dichoso “carácter nacional” es una abstracción que se refiere al concepto de Nación, mismo que, ligado al concepto de soberanía, no aparece sino hasta la época moderna. Desde el principio de la historia, sí, encontramos intentos por perfilar el carácter o manera de ser de distintos pueblos, pero este último concepto, pueblos, no se corresponde con el de nacionalidades, no son equiparables.

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