La etimología de la palabra historia ilumina su significado más antiguo, muy distinto del que le damos hoy como “relato de hechos pasados”. Pierre Hadot (1922-2010) señala que “al parecer los presocráticos designaron a su procedimiento intelectual historia, es decir, indagación” (¿Qué es la filosofía antigua?), subrayando así su sentido originario como búsqueda activa del saber.
La palabra historia proviene del griego ἱστορία (historía), derivado de ἵστωρ (hístōr), que significa “el que sabe por haber visto”, “testigo”, o “el sabio, el juez”. Este sustantivo está relacionado con el verbo eidénai (οἶδα), que significa “saber” o “haber visto”. Por tanto, el histor es alguien que posee un conocimiento adquirido por experiencia directa o por un examen escrupuloso. En su sentido más antiguo, historia significaba entonces “indagación”, “averiguación”, “investigación”, es decir, se refería al proceso de buscar activamente conocimiento.
Cuando Heródoto (484 a. C. – 425 a. C.) —el “padre de la historia”— tituló su obra precisamente como Historiai (Ἱστορίαι): no se refería a “historias” en plural, como narraciones, sino a investigaciones. Su obra completa llevaba originalmente el título: Ἱστορίαι Ἡροδότου Ἁλικαρνησσέως, esto es, “Investigaciones de Heródoto de Halicarnaso”. Se trata de una obra de exploración crítica, no un simple relato cronológico.
Para los presocráticos, como afirma Hadot, el término historia designaba la indagación racional sobre el orden del cosmos, las causas de los fenómenos naturales, el origen de todas las cosas (archê), el devenir (génesis) y el ser. Filósofos como Anaximandro, Heráclito o Empédocles se veían a sí mismos como histōres, en tanto investigadores del ser y la naturaleza (phusis), y no como meros transmisores de mitos.
Con el tiempo, historia pasó de designar el acto de indagar al resultado de esa indagación: el conocimiento adquirido. Después, con el surgimiento de la historiografía romana y cristiana, el significado de la palabra se desplazó hacia el de relato ordenado de hechos pasados, conservando sólo en parte su sentido original.
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