Sigmund Freud (1856-1939)
y el semiólogo suizo Ferdinand de Saussure (1957-1913) fueron coetáneos. Freud
publicó La interpretación de los sueños en 1900, mientras que el Curso
de lingüística general de De Saussure fue publicado por sus alumnos
póstumamente, en 1916. Los paralelismos conceptuales entre ambas obras me hicieron
preguntarme si el libro del psicoanalista influyó en De Saussure.
Resulta que Freud y De Saussure
nunca se conocieron personalmente ni mantuvieron correspondencia. No existe
evidencia de que hayan tenido ningún contacto intelectual directo. Freud nunca
leyó al lingüista, y de manera recíproca, no hay constancia de que el
estructuralista conociera la obra freudiana. Pero existe una conexión curiosa…
Raymond de Saussure
(1894-1971), el hijo menor de Ferdinand, primero estudió letras, después medicina
en Ginebra y Zúrich (1914-1920) y luego se formó como psiquiatra en París,
Viena y Berlín. Realizó algunos cursos con Théodore Flournoy, quien estudiaba los
fenómenos relacionados con el espiritismo, el sonambulismo y la glosolalia, y quien
sí conocía los trabajos de Freud e incluso intercambió correspondencia con él
(la relación entre Flournoy y Freud merece una nota aparte, pero apunto sólo
que aunque se profesaron un respeto intelectual mutuo, existía una divergencia
fundamental entre ellos: mientras que los aportes de Freud avanzaban hacia la
secularización del alma y ancló el psicoanálisis en el materialismo, Flournoy
exploraba la mente sin rechazar lo paranormal). Raymond tuvo un primer
matrimonio, justo, con una hija de Théodore Flournoy. En 1920, en La Haya, en
el Congreso de la IPA, Raymond conoció al doctor Freud. Meses más tarde
comenzaría su propio análisis en Viena con el mismísimo padre del
psicoanálisis. Raymond de Saussure se convirtió en psicoanalista. De Saussure
publicó en 1922 La méthode psychanalytique, libro de cuyo prefacio se
encargó el propio Freud.
Raymond murió en 1971 de
cáncer de próstata.
Enseguida, la traducción del
francés al español del prefacio que Sigmund Freud escribió para el La méthode
psychanalytique, de Raymond de Saussure.
Prefacio
Es con gran placer que puedo declarar al público que el presente trabajo del Dr. De Saussure es una obra de valor y mérito. Esta obra está destinada a ofrecer a los lectores franceses una idea justa de lo que es el psicoanálisis y de lo que contiene. El Dr. De Saussure no solo ha estudiado concienzudamente mis obras, sino que incluso ha hecho el sacrificio de venir a mi casa para someterse a un análisis durante varios meses. Esto le ha permitido formarse una opinión personal sobre la mayoría de las cuestiones aún flotantes del psicoanálisis. Gracias a ello, también ha podido evitar los múltiples errores y las numerosas aproximaciones que uno está acostumbrado a encontrar en las exposiciones francesas y alemanas del psicoanálisis. Tampoco ha omitido contradecir algunas afirmaciones falsas o negligentes que diversos autores repiten unos de otros; tales como, por ejemplo, que todos los sueños tendrían un significado sexual, o que la única fuerza vital de nuestro psiquismo sería, según yo, la libido sexual.
Dado que el Dr. De Saussure dice en su prefacio que revisé su trabajo, debo añadir una salvedad: mi influencia no se hizo sentir más que por algunas correcciones o algunas observaciones, pero de ninguna manera intenté modificar el punto de vista del autor. En la primera parte teórica de esta obra, yo habría expuesto ciertos temas un poco de manera diferente a él, especialmente ese difícil capítulo sobre el inconsciente y el preconsciente. Y ante todo, habría dado un desarrollo más importante al complejo de Edipo. El hermoso sueño que el Dr. Odier ha puesto a disposición del autor también puede dar a los profanos una idea de la riqueza de las asociaciones y de la relación que existe entre el contenido manifiesto de la imagen onírica y las ideas latentes subyacentes. Demuestra bien el significado que puede tener el análisis de tal sueño para el tratamiento del enfermo.
Finalmente, las observaciones que el autor hace sobre la técnica del psicoanálisis son excelentes. Son exactas y, pese a su concisión, no dejan de lado nada esencial. Son un testimonio brillante de la aguda comprensión que ha demostrado el autor. Sin embargo, el lector no deberá imaginar que el solo conocimiento de estas reglas técnicas sería suficiente para emprender un análisis. Hoy, el psicoanálisis comienza a despertar en mayor medida el interés de los profesionales y de los profanos en Francia, pero ciertamente no encontrará aquí menos resistencia de la que ha encontrado hasta ahora en otros países. Ojalá el libro del Dr. De Saussure aporte una contribución importante al esclarecimiento de las discusiones antes mencionadas.
Freud
El libro de Raymond de
Saussure corrió mala suerte: fue censurado por la propia comunidad psicoanalítica
de su tiempo. La Encyclopedia of Psychology confirma
explícitamente que La méthode psychanalytique “sorprendió al
público de la época y fue prohibida”. La “sorpresa” se refiere particularmente
a un sueño, el sueño de Odier.
En el prefacio de Freud
se menciona específicamente “el hermoso sueño que el Dr. Odier ha puesto a
disposición del autor”. Freud destacó que este sueño podía “dar incluso a
los no iniciados una idea de la riqueza de asociaciones oníricas y de la
relación entre la imagen onírica manifiesta y los pensamientos latentes ocultos
detrás de ella”. Charles Odier (1886-1954) era un psiquiatra y
psicoanalista suizo, formado como psiquiatra en Viena y posteriormente
analizado en Berlín entre 1923 y 1928. Era colaborador de Raymond de Saussure y
co-fundador de la Société Psychanalytique de Paris (1926). El sueño aludido,
proporcionado por Odier, pertenecía a una paciente llamada Emilie, y fue
utilizado por Raymond de Saussure como ejemplo clínico en su libro.
En un jardín, cerca de un seto. Mi hermana está allí. Estamos recogiendo manzanas rojas. El sol está magnífico y resplandeciente. Cada vez que me inclino para coger una manzana, es un cangrejo enorme. Esto me es indiferente; lo encuentro natural. Lo encuentro dos veces seguidas, y las dos veces falta la garra izquierda. Mi madre está allí, y le digo: “Espero no tener que mudarme. No podría hacer una maleta”. No responde.
Según el análisis de
Raymond de Saussure las manzanas que se transforman en cangrejos representaban los
pechos maternos de la madre de Emilie y sus propios pechos marchitos. También
simbolizaban la ansiedad sexual de la paciente. La conversión de manzanas en
cangrejos simbolizaba cómo “todo lo que el amor le prometía tan bueno y sabroso”
se había transformado en repugnancia debido a las experiencias con su esposo.
El libro fue censurado
por la propia comunidad psicoanalítica porque el análisis del sueño de Odier
contenía interpretaciones sexuales demasiado explícitas para la mentalidad
conservadora de la época. Las referencias directas a sexualidad infantil,
perversiones, y simbolismos genitales se consideraron “demasiado fuertes” para
el público, incluso médico, de los años 1920.
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