Un blog apasionado, incondicional y sobre todo inútil sobre esos objetos planos, inanimados, caros, arcaicos, sin sonido estereofónico, sin efectos especiales, y sin embargo maravillosos llamados libros.

miércoles, 19 de mayo de 2021

Despegue… ¡No minimicen!

  


Cuando un “analista” —cualquiera dispuesto a parlotear o aceitado para hacerlo— o un calumnista o un “grupo de expertos” —anónimos, de ocasión— o un “especialista” —en todo—, es decir la opinocracia vendida…, sorry, venida a menos, declara que hay indicios o temores —es decir, sus deseos— de que a la economía mexicana se la va a llevar el diablo en el futuro —o sea, quién sabe cuándo— es nota de primera plana, entrada de noticiero, y en nado sincronizado, en las redes, la troliza se desvive tocando las trompetas del Apocalipsis: ¡Así no ANLO! ¡México se va al abismo! Histéricos, piden cautela y exigen la reinstauración del régimen Sigámosle Como Íbamos Antes Que Acá Entre Nos A Nosotros Nos Iba De Lujo.

 

Ah, pero cuando el INEGI informa que el Indicador Oportuno de la Actividad Económica estima anticipadamente una variación del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) para abril de 2021 contra igual mes de 2020 de 20.6%…, ¡sí, 20.6%!, es decir, un contundente despegue de la economía, entonces tratan poner en duda el dato o de minimizarlo… ¿Seguro? ¿No estará mal el dato? Seamos cautos, esperemos el dato trimestral. ¡Claro, es normal, después de la pandemia! Ciertamente, Jonathan Heath tiene razón cuando advierte que “no hay que brincar de alegría, es el efecto aritmético de la base de comparación”, pero eso no quita que el indicador muestre —aritméticamente— un despegue: despegue es la acción y efecto de despegar, y despegar “Dicho de una persona o de una empresa: Iniciar una actividad, especialmente después de resolver con esfuerzo preparativos y vicisitudes.” Ciertamente, el rebote viene después de la caída —si no, no sería rebote— que provocó la pandemia…, pero así como no hay que echar las campanas al vuelo, ¡tampoco hay que minimizarlo!, entre otras cosas porque otras economías siguen sin poder despegar y más bien siguen a la baja —por ejemplo, Japón—, y porque, además, las buenas noticias —y eso hasta un economista lo sabe— tienen un buen impacto en la economía.

 

No hay comentarios: